A partir del 1 de abril solo tendrá validez la credencial que otorga la catedral de Santiago, a un precio máximo de dos euros
La Iglesia compostelana anunció ayer que a partir del 1 de abril dejará sin efecto las más de 25credenciales del peregrino no oficiales que otorgan diversas asociaciones y entidades. Ninguna de ellas tendrá validez a partir de esa fecha, siendo la única oficial la que otorga la Catedral de Santiago.
“Con el objeto de evitar perjuicios a todas aquellas entidades que están expidiendo credenciales, se les concede una moratoria para que puedan utilizar las mismas hasta el primero de abril de 2016. A partir de esa fecha, solo se admitirá la Compostela, la credencial oficial de la Oficina de Acogida del Peregrino“, informa el cabildo catedralicio.
El arzobispado compostelano argumenta que toma esta decisión para evitar que la proliferación de credenciales perjudique seriamente la imagen del Camino de Santiago, ya que actualmente hay más de 25, con precios que van desde la gratuidad a los 20 euros en algunos casos y con intentos de venderlas incluso a través de internet. “La catedral de Santiago tiene registrada su propia credencial, que debe ser la única válida y cuyo precio, para el peregrino, no podrá sobrepasar los dos euros“, sostiene el cabildo, que añade que la gestión de las acreditaciones no puede realizarse con criterios comerciales ni de lucro.
A punto de terminar el año, se han batido todos los récord de llegada de peregrinos a Santiago, superándose los 200.000. Para conseguir la credencial, es necesario recorrer los últimos 100 kilómetros a pie o a caballo o 200 en bicicleta.
Distancia y masificación
Por otra parte, el Cabildo no tiene ninguna intención de ampliar la distancia actual para conseguir la Compostela, aunque se han levantado voces que exigen cambios en la Ruta para evitar la masificación de los últimos años.
La Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago ha recogido el guante lanzado por la Fraternidad del Camino, que reclama que se amplíe a 300 kilómetros la distancia mínima para obtener este reconocimiento. Afirman que el problema no es el número de kilómetros que se establezca como límite, sino el trato que se ha dado a esta Ruta como «un produto turístico» más, explica su presidenta y hospitalera de Fisterra, Begoña Valdomar.
Para Valdomar la híper masificación del Camino seguirá «si no paramos de venderlo como un produto turístico». Considera legítima y positiva la petición que ha hecho la Fraternidad, pero apunta a que el peregrino no es un turista «y olvidando el sentido espiritual y otros componenteshistóricos que tienen el Camino, y por lo tanto han llegado las consecuencias». Por otro lado es consciente de que debe ser el Cabildo quien tomase esa decisión, «porque por algo la Compostela es suya».
«No sé a que viene»
La petición de la Fraternidad no ha encontrado buena acogida ni en el Arzobispado ni en algunos de los albergues de peregrinos. Los de Sigüeiro, en el municipio Oroso, que se encuentran en el Camino Inglés, han mostrado su sorpresa y rechazo por esta propuesta, ya que desaparecería esta ruta que se inicia en Ferrol o La Coruña y por lo tanto no alcanzaría los 300 kilómetros.
También en la Iglesia quieren dar carpetazo a este asunto. El arzobispo, Julián Barrio, explicó ayer que es una polémica «que no tendría sentido ni razón de ser». Barrio sostiene que es una medida de la que desconoce tanto su origen como su objetivo.
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