martes, 24 de marzo de 2015

Alimentacion en el Camino.

Hoy hablaremos de la alimentación en el Camino. Aquí os dejo unos apuntes, un poco de guía e información.
Saludos y Buen Camino.
 
  
Es fundamental dedicar tiempo suficiente a disfrutar de un desayuno completo que incluya lácteos, cereales (cereales en copos, pan, tostadas, pan de molde...), fruta o zumo y complementos (mantequilla o margarina, queso, fiambres, mermelada, miel, azúcar, etc).
 
 
Lo que sí es seguro es que estamos realizando un esfuerzo mayor que en nuestra vida normal y quemando más calorías, por lo que en absoluto debemos comer menos o aprovechar el Camino para perder unos "kilitos"; la alimentación la tenemos que llevar con seriedad, así como la ingestión de líquidos. Ya hemos señalado anteriormente en cuanto a llevar, que era suficiente para emergencias, unos frutos secos, pasas, higos, nueces y chocolate, según la temporada: acaso también un poco de pan, chorizo y queso.
El mayor problema lo tendremos con el desayuno, pues es casi seguro que donde hayamos pasado la noche, si hay albergue, tengamos un bar para cenar, pero también que ese bar, cuando salgamos por la mañana, esté cerrado.
Al desayuno y comida no hay que darles más importancia que la que tienen; tenemos que comer, pero no ser tan estrictos con las horas; no pasa nada si desayunamos a las 12 o comemos a las 5 de la tarde; para eso tenemos los frutos secos.
En cuanto a las bebidas, tres cuartos de lo mismo, incluso entendemos que no hace falta cantimplora; el mayor recorrido sin agua podría ser de 15 kms.; lo que tenemos que hacer, es igual que lo que hacemos con el coche: repostar o beber agua "a tope" donde la haya, sin pretender que vayamos a encontrar agua cuando tengamos sed. Por tanto, hay que beber agua, especialmente en verano, hasta saciarnos.
No obstante, para las personas que se apuran si no llevan agua, existen unas cantimploras-termos que mantienen bastante bien la temperatura. Otra solución más pragmática, ir rellenando una botellita pequeña de agua.
Además hay agua en todos los pueblos, y en caso de necesidad se puede pedir en cualquier casa y tendremos oportunidad de conocer la amabilidad de las gentes del Camino. En la guía de servicios indicamos los pueblos que tienen fuente pública.
En diversos bares y restaurantes, existe también el denominado "menú del peregrino", su precio es asequible y se puede comparar con el "menú del día" de cualquier casa de comidas, en precio y calidad.


Puesto que cada etapa se tarda en realizar una media de 6 horas, conviene que cada 60 ó 90 minutos nos tomemos un breve descanso para beber e ingerir algo sólido que contenga hidratos de carbono, lo que nos permitirá mantener mejor el ritmo de ejercicio, y sobre todo por dos razones fundamentales: evitar la pájara y la deshidratación
 
Durante el ejercicio continuado, el agua es tan importante como los hidratos de carbono, sobre todo en días de mucho calor y humedad. Es un error relativamente generalizado no beber agua ni antes ni durante el ejercicio, así como esperar a tener sed o hambre para comenzar a beber agua y tomar alimentos.
 
Caminar con el estómago lleno no es saludable. La comida más importante del día hay que hacerla al final de la etapa y, si la jornada se alarga y es necesario comer de mesa durante la marcha, conviene optar por un bocadillo o un plato ligero de pasta o verdura.
 
Asimismo resulta fundamental la rehidratación una vez concluida la etapa, incluyendo agua e hidratos de carbono; y si la transpiración (sudor) ha sido importante será preciso, además de hidratar, reponer los electrolitos perdidos.
 


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