Cuando llego al albergue no hay nadie y puedo elegir la cama que me apetece, al rato llegan mas peregrinos y algún turigrino, es que se nota, pero en fin estos a su bola. Quiero ir a comer algo y me indican un par de restaurantes y la verdad comí bien, bueno tengo que decir que comí bien casi todos los días, menos uno que al final con los mallorquines nos ar tamos de comer pinchos de vanderillas. Salgo del restaurante y quiero conectarme a Internet y entro en una cafetería, cual es mi sorpresa, que encuentro a las canadienses tomándose unos pinchos de tortilla de patatas y unas cuantas, mas, jarras de cerveza, les comento que si se quedan y me dicen que no, que quieran llegar a Santiago. Bueno, en ese estado, no se si tendrán suficiente valor y energías para llegar, pero ese no es problema mio, si que pienso que son mayor citas para hacer lo que quieran, pero bueno, yo no soy quien para juzgarlas. Por la tarde descanso un poco, el albergue esta casi lleno y entablo conversacion con unos cuantos peregrinos, que al final nos juntaremos para la cena.
cenamos en unrestaurante enfrente del alberge, Ana de granada, Jessen de brasil, Jesus de madrid, un ingles y tres escoceses. Buena cena, buena compañia y al final son los que nos encontraremos en Santiago junto al resto de los que duemen en el alberge, coincidimos por casualidad, ya que mi idea es que mañana quedarme a dormir en Santa Irene o en Arca do Pino, pero nunca digas nunca jamas. Saludos.
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