La etapa, aparentemente, no entraña dificultad alguna. Kilometraje asequible y paisajes reconfortantes. Sin embargo, unos primeros 13 kilómetros hasta Ferreiros donde abundan más los falsos llanos y las subidas que las bajadas, la imposibilidad de mantener un ritmo constante debido a la orografía ondulada y el cambio frecuente de piso convierten esta jornada en algo más que un mero paseo rural. En Mercado da Serra hay que prestar atención a la señalización. El Camino no continúa por la carretera donde se encuentra la taberna sino que sigue por un corredor arbolado que surge de frente en el cruce.
Los mojones de distancia preceden siempre al lugar, aldea, parroquia o concello que anuncian. La gran cantidad de lugares que hay en la etapa, algunos habitados por una sola persona, llevan a perder la ubicación exacta en más de un momento.
Desde Sarria a Santiago de Compostela hemos dividido el trayecto en 5 etapas aunque es posible acortarlo a 4, todas ellas con albergue al final de la jornada: Sarria - Gonzar (30,4 Km); Gonzar - Melide (31,8 Km); Melide - Pedrouzo (33,1 Km) y Pedrouzo - Santiago de Compostela (20 Km). No son etapas fáciles y las tres primeras es mejor tomárselas con calma, realizando al menos 20 kilómetros por la mañana.
A finales de 2009 ya animaban y solicitaban en la Oficina del Peregrino a sellar, al menos dos veces por día, en los últimos 100 kilómetros.
Me gustaria hacer una ruta un poco mas larga pero como ya he comentado tengo cosas pendientes en Arzua y de momento tengo que estar cerca por si tengo que regresar, ademas quiero que Maite conozca este tramo para que sepa las diferencias entre un Camino masificado y comercial con otros mas tranquilos en muchos aspectos, asi que salimos direccion a Sarria en bus pasando por Lugo y dormimos en el albergue de Sarria. Para mi no es el mejor Camino pero si que tiene mucho mas que los demas, aunque en invierno tambien se nota el cierre de bares y locales como en otros, si por mi fuera yo no lo haria, pero al ir con Maite pues como que casi me siento obligado para que lo conozca, de todos mis Caminos es el que menos veces he repetido.
Este Camino es diferente, de momento saldremos con las mochilas con todo lo necesario para el Camino, cuando llegemos ha Melide la cosa sera de otra manera, ya que al estar viviendo en Arzua lo mejor es ir a dormir a casa y al dia siguiente retomar el Camino en el punto del dia anterior, no es que me guste pero como dice Maite; al hotel 5***** on sea, en casa se esta mejor, no hay mucha gente pero de los pocos que hay en el albergue un par roncan, buufffff. El Camino esta bien, tenemos albergues intermedios para los que quieran salirse de la masificacion, pero tambien se llenan.
Pasamos por el km. 100 y la foto de rigor, sin problemas llegamos a Portomarin y me sorprende la vista del puente viejo del pueblo, el pantano esta tan bajo que se puede cruzar al otro lado por el lecho del embalse, es la segunda vez que lo veo . Maite de momento bien, no le duelen las piernas y las botas cada vez las tiene mejor adaptadas, visitamos la poblacion, la iglesia cerrada, como casi todas.
PORTOMARÍN Portomarín, capital del Concello del mismo nombre, se encuentra sobre la margen derecha del río Miño. Se accede a la población por la escalinata asentada sobre los arcos del viejo puente medieval, donde también se colocó la capilla de la Virgen de las Nieves. La ciudad antigua, formada por dos barrios, San Nicolás y San Pedro, está sumergida en el embalse de Belesar. El pueblo tuvo se reconstruyó de nuevo en 1960 en una ladera segura. Portomarín fue un importante lugar de paso en la Edad Media con un gran puente y con hospital; todo quedó bajo las aguas del Miño. La grandiosa iglesia-fortaleza de San Nicolás, erigida por los monjes-caballeros de la orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XII, se desmontó piedra a piedra para ser reedificada en la plaza del nuevo asentamiento. Por su monumentalidad, riqueza de elementos y suntuosidad escultórica, constituye uno de los ejemplos más interesantes del románico lucense. La fachada románica de la iglesia de San Pedro, que también se trasladó a un extremo del pueblo (junto al Pazo de Berbetoros del XVII) es de bella factura. El pazo del Conde da Maza, del XVI y el pazo dos Pimentales también se subieron a la ubicación actual. Portomarín, además de bastantes albergues, ofrece todos los servicios. No hay que dejar el pueblo sin probar la tarta de almendras similar a la de Santiago.