viernes, 4 de junio de 2010

Diario de un Peregrino a Santiago en 1.381..

Hace unos días me entregaron este diario de un Peregrino, que hizo el Camino a Santiago en 1.381, es interesante, por lo menos en la forma de hacerlo, muy diferente de como hoy lo hacemos y si mas no interesante, hay sitios de los que habla que no han cambiado tanto, haber que os parece.

Un saludo.
----------------------------------------------
----------------------------------------------


DIARIO DE UN PEREGRINO EN 1.381
-----------------------------------------------




La Edad Media fue esencialmente peregrinante. Las peregrinaciones principales circulaban, unas veces hacia Jerusalén, cuyos caminantes eran conocidos con el nombre de "palmeros", mientras que los que acudían a Roma, a visitar el sepulcro de San Pedro y San Pablo, eran calificados como "romeros". Poco a poco, Compostela hace la competencia a Roma y después de haberse divulgado por la Cristiandad el hallazgo del sepulcro del Apóstol, la peregrinación compostelana cobra tal importancia que el contingente de personas hacia Compostela es incontable.





Desde los más inverosímiles rincones del mundo medieval se llegaba a Santiago de Compostela. Por ejemplo, en 1.381 y procedente de París se encontraba un peregrino llamado Geofroi de Buletot, el cual viajaba a Compostela acompañado de varios amigos también nacidos en la ciudad de Santa Genoveva.

Cada noche, Geofroi de Buletot escribe su "Dietario íntimo", libro que hemos rescatado del tiempo y que os ofrecemos en la seguridad de que su lectura proporcionará un conocimiento profundo de como eran las peregrinaciones 250 años después de que Aymeric Picaud las detallara en su famoso "Códex Calixtinus".


--------------------------------------------------------------------------------







Ostabat
27 de marzo de 1.381


Acabo de entrar en esta hospedería de San Nicolás, en Ostabat. Pertenece al rey de Navarra. Se cobran muchos peajes a los peregrinos; tanto por estos pagos como en San Juan de Pie del Puerto, se nos ha cobrado de manera indignante. Acuerda la ley que ninguno de los jacobistas que vamos a Compostela tengamos que pagar portazgos. Solamente los mercaderes; pero lo que he visto hoy es abochornante. A uno de mis compañeros le han registrado los calzones, porque dijo que no tenía dinero con que pagarles. Por otra parte nos han soplado el triple más de los que debieran. Todo el mundo clama por la injusticia de estos impuestos, al entrar en este lugar del reino de Navarra. Algunos de mis compañeros han sido dardeados y hasta insultados.



Ibañeta
28 de marzo de 1.381


No salgo de mi asombro y he de dejar constancia escrita en este diario de "bitácora", digo de peregrinación: Los portazgueros son unos soeces, y nos chupan todo lo que pueden, hasta injuriarnos. No se me había olvidado todavía lo de Ostabat, cuando ahora he de relatar escenas verganzosas; en San Juan de Pie de Puerto, en San Miguel y, en general, en los pasos difíciles del Cisa, nos clavan los portazgueros hasta deslomarnos injustamente.
Ya no es poco la impresión de abatimiento y de miedo que da la presencia de los montes Pirineos, como para que se añada la catástrofe de estos abusos, que tanto dañan la oración peregrinante de nuestros pasos. No me han servido de nada los salvoconductos extendidos por Pedro IV a mi nombre. En San Juan de Pie de Puerto se nos ha presentado la leyenda de Carlomagno. Unos de los guías, después de pagar la alcabala, comentaba sobre el velatorio que organizó Carlomagno en fúnebre honor de sus Doce Pares muertos. Lo que más me gustó, entre lo que contaba el buen cicerone de la montaña, fue lo de las teas que lucieron toda la noche teniendo como candeleros los miles de lanzas de los soldados del gran emperador de Aquisgrán. Me he fatigado enormemente al ascender por el rio Valcarlos, buscando los lugares menos nevados y escarpizos. Yo he subido el largo puerto de Cisa con más diminuta preocupación que antaño. Resulta que, quizá por el habla de sus habitantes -son vascos-, esta gente impone fiero horror. He podido comprobar, Velay, algunas amabilidades en Garoscaray y en Gaorqueta, donde pedimos, como mendigos, como peregrinos; y obtuvimos panes y nos calentamos al fuego para reponer fuerzas. Uno de mis compañeros dice haber leído en el "Liber santi Jacobi" que los vascos acostumbran a desvalijar a los peregrinos de Santiago y que cabalgaban sobre ellos, como si fueran asnos y los mataban. Lo que si es cierto es aquello de Ricardo Corazón de León, exigiendo a los señores de estas tierras poner todo su empeño en la defensa de los "romius".



Roncesvalles
29 de marzo de 1.381


Me he quedado hecho añicos por el acogimiento que a los peregrinos de todas las naciones se nos hace en esta hospedería de Roncesvalles.
Había oído contar de ella, pero la realidad supera la imaginación. Aparte de la ermita que rige el "Santero" de la campana, en el Monasterio te reciben con alegría inusitada. Para estos monjes el peregrino es Cristo. Lo dice, y te tratan como a tal. En un poema sobre Roncesvalles, titulado "Preciosa", ya se lee:

"La puerta se abre a todos, enfermos y sanos;
no sólo a católicos, sino aún a paganos;
a judíos, herejes, ociosos, y vanos;
y más brevemente, a buenos profanos.

Me ha maravillado, la verdad. A las puertas del Monasterio se halla apostado un monje, que ofrece pan y vino a los que pasan y no desean entrar, que son bien pocos, cuando se encuentra con tanta facilidad. Fijáos bien. ¿A quién digo yo "fijáos", si escribo para mí mismo? Al traspasar la puerta, mandaron quitarme las botas gruesas, e inmediatamente me lavaron los pies con sal. Luego un monje, haciendo de rasurador, me arregló la barba, que tenía descuidada desde el día en que salí de París, y me quitó los "abuelos" que me crecían abundosos en el cuello. Me cogieron los botos y se los llevaron al zapatero. He sido testigo de las atenciones que se gastan con los enfermos.
Peregrinos hay que llevan hospedados hasta un mes. No los sueltan si no están bien repuestos. Y con ellos puede permanecer, sin que les cueste un cuarto, sus familiares o algún vecino que los acompañara. La comida que nos dan en el refectorio es muy buena. Las mujeres no se han reunido a cenar con nosotros. Ellas viven en otro edificio aparte. Durante la comida, nos leen un libro piadoso sobre Santiago Apóstol. No sólo los lechos de los enfermos son buenos, sino además los de los demás, cubiertos con sábanas, con jergón, mantas y repostero. Puedo permanecer durante tres días sin que me cueste un ochavo.
Me dieron para comer: un pedazo de pan de seiscientas onzas, media pinta de vino y, como es cuaresma, nos han colocado sobre el plato "abadejo, sardinas, huevos y queso, con caldo y legumbres".
Nos han tratado a cuerpo de rey. Y eso que la cuaresma ha evitado pitanza de caldo y carne. Si uno no alcanza la satisfacción de la llenumbre, puede repetir. Está permitido. ¡Claro que hay picaresca! Como la de quienes llenan su calabaza de vinillo riojano, pendiente del bordón de romero, en previsión de futuras jornadas. La hospitalidad de este monasterio contrasta con la pobreza de los circundante. Es un paraíso en medio de los lugares más fieramente apartados.



Pamplona
2 de abril de 1381


Escribo desde la gran Alberguería, junto a la catedral. Bajé por Viscarret desde Roncesvalles. Me avisó que estábamos a punto de costear Pamplona al pasar por Villaba. Del hospital me habló un vecino de París. Estoy contento, después de las nueve leguas, por hallarme en esta hospedería.
Me dí unas vueltas por la calle, y me halle inmergido en el colorido de San Fermín y el Burgo Nuevo -o San Nicolás-, donde residen franceses. Al mediodía de ayer, cuando bajaba por Larrasoaña, me dieron pan abundante y gratuito, y llené de vino la cabalaza. El día ha clareado mucho. Un gran chubasco me toca recibir entre Idoy y Anchoriz. En la Alberguería de Pamplona encuentro a cincuenta peregrinos bajo el mismo techado: cuarenta hombre y ocho mujeres. Alguno de ellos era albano.
Por cierto que si no me falla la memoria, he topado con gentes de mucha condición, dentro de este edificio: un copero, un cambrero, varios escuderos, un caballero, dos médicos, un doncel, un escudero de mesa. Pregunté por sus nacionalidades y, si no me queda alguna enel tintero, eran polacos, catalanes, burgueses de Gante, napolitanos, alemanes, húngaros, loreneses, flamencos, saboyanos, tolosanos, provenzales, sicilianos, boloñeses y hasta un etíope -cura recién cantado misa- que viene de Roma, y lleva un salvoconducto del rey de Navarra para que se le abran las puertas del reino. Se le faculta para pedir limosna.
Algunos de los que circulaban por Pamplona son los que ya vuelven de Santiago; emocionados, eso sí, llevan, en el zurroncillo, alguna comida para el ascenso a Roncesvalles; y en la calabacilla su poco de vino. Son labradores que se cubren las mucetas de peregrino, con conchas, compradas en el "paraíso" de Compostela. Se hacen muy simpáticos cuando transitan con las plumas de gallo y de gallina que han comprado a los buhoneros de Santo Domingo de la Calzada.



Estella
3 de abril de 1.381


Hoy he querido entrar en el hospital de San Lázaro, que se sitúa a la entrada de Estella. He de recoger, en mi cuaderno de andar y ver, las impresiones de la jornada de Pamplona hasta Estella.
Charlé largamente con algunos compañeros. Me entendí con guías que van acompañando a nobles peregrinos. Nos pusimos a hablar sobre el tema de aquellos que no hacen la peregrinación por verdadera devoción, sino por pasatiempo y por galloferia. Mi interlocutor, que entiende el Camino francés, los tildaba de vagabundos, inútiles, enemigos del trabajo, holgazanes y baldíos.
Yo no me podía figurar que hubiera seres que se visten a diario la media sotanilla, se colocan la esclavina, se echan a modo de alforja un zurrón al lado, se apoyan en su bordón, se juntan con una daifa, gayamente vestida de romera y a vivir a cuenta de la peregrinación.
Por cierto, hasta llegar a Logroño hay que guardarse de los ríos malos y venenosos, tales como el de Torres de Sansol y el de Cuevas. Ya llegaremos al río Salado. Poco a poco hemos ido llegando a Puente la Reina, donde hay dos hospitales y un puente mandado construir sobre el Arga por doña Mayor. En el hospital del Crucifijo nos hubiéramos detenido, de no hacérsenos corta la jornada, ya que podíamos haber pasado buena noche. Veo elevarse hasta mis labios el buen vaso de leche con nata espumante que suelen entregar a los peregrinos.
De estos lugares no se suelta, como una niebla adherida, la leyenda de Carlomagno, que según parece luchó contra Agiolando, de creer al "Códex Calixtinus", es decir al "Falso Turpín" -¡el gran libro de viajes y de propaganda, a escala europea!-. Puede verse junto al puente de seis arcos, el pajarillo que tanto llama la atención de los naturales. Limpia, con sus alas -bajando constantemente a cargarlas de agua-, a la Virgen que preside el puente, y ante la que nos hemos parado un rato, pidiéndole ayuda en nuestra peregrinación a Santiago.
La tarde se nos iba echando encima. Después del vaso de leche, en Puente Larreina, nuestro paso por el río Salado despertó curiosidad. Se decía de él, en los antiguos itinerarios del siglo XII, que estaba envenenado. Resulta solamente que el agua está salada y no engaña a nadie, pues lo dice el topónimo fluvial. Hay buen puente en la actualidad, pero hace doscientos años era bien distinto, de creer al obispo de Puy, Aymerico Picaud; lugar muy pacífico y concurrido ahora:

"cuando íbamos a Santiago, encontramos en su orilla a dos navarros, afilando sus navajas, según costumbre para degollar las bestias de los peregrinos que beben de aquella agua y mueren, los cuales a nuestras preguntas dijeron, mintiendo, que era sana para beber; dimos de beber de ella a nuestros caballos y, al instante, murieron dos, y en el mismo lugar los desollaron"
Me parece a mí que el autor de estas palabras tenía obsesión contra los "navarros".
Al poco andábamos por Lorca y pronto ganábamos Villatuerta, y a un lado Estella, lugar en el que escribo mis impresiones de hoy.
Lo que más favorablemente me ha golpeado es que, en todas las etapas del Camino, se han creado hospitales para los "malatos" o leprosos, bajo la advocación de San Lázaro. Estoy hablando con el hospitalero. Me enseña la carta dirigida por el alcalde en 1302, dentro de este mismo siglo, erigiendo el lazareto para leprosos y leprosas,

"en el camino francés por donde pasan muchos peregrinos y muchos bonos christianos que van a synnor Santiago, de los cuales allí acaecen y a los que no traen espensa proveenlos del comer y del beber"

Cuidan con gran caridad cristiana a los leprosos. Se entiende por leprosos a los que habrán de ser llamados enfermos de pelagra, de escorbuto, de la acrodinia, del lúes, del herpetismo y otras dermatosis.
A algunos de tales hombres y mujeres, con las caras tapadas, los he visto circular por el camino romero, con miedo y dignidad; no quieren hablar con nosotros, porque piensas que nos pueden infectar. Acuden a Compostela, en espera de curación por medio del Señor Santiago.



Nájera
4 de abril de 1.381


Hoy mi recorrido ha sido largo, pero realizado cómodamente, merced a la caballería que alquilé en Estella. ¡Mis buenos cuartos me costó alquilársela a un nativo! Desde ella contemplé "Estella, la bella" saliendo para el Monasterio de Irache; antes de recorrer el camino, di vuelta por la ciudad y carlé con la gente. Es un pueblo nuevo, muy comercial, donde el peregrino es bien recibido, sobre todo si es francés como yo. Me dieron pan, vino, carne. La ciudad está situada junto a una roca. El río provoca fresco ambiente.
Y es delicioso vivir aquí. He visitado el hospital de San Nicolás, donde se hospedó, yendo hacia Compostela, el obispo de Padrás, en Acaia. Y donde murió también. Nadie habría conocido que era él, de no haber sido por las luces que vio un sacristán.
Verdad que la probé, porque estos tragos son parte de la vida del peregrino. Por aquí las leyendas cluniacenses, como vasta operación turística, se han apiñado para decir cosas entre Roldán y Ferragut. Y nada legendario es que fue preso el abad de Sahagún de tal manera que "no nos fue permitido que paciésemos en otra parte sino ante el lecho, en el cual el señor de la casa con su propia mujer yacía"; no hemos de ocultar que hace setenta y tres años "Drocón de Meldis, preboste de Estella", anduvo persiguiendo a Johan de Londres, que había robado a peregrinos, mientras dormían en el Hospicio de Domingo, llamado "el Gallego".
Los hurtos en las posadas no eran infrecuentes. A veces los propios posaderos las provocaban, otras eran cometidas por profesionales, forzando las puertas, pero nadie sabía a ciencia cierta, si con el consentimiento de algunos albergueros. En Estella, cuando el peregrino nota que le falta algo, si acusa a los hospederos, han de defenderse éstos "por juicio de batalla".
De los sucedidos de ladrones, en las posadas, se cuentan mil historias. Determinadas mujeres de la vida airada entran a dormir con los romeros -struprandi causa- para desvalijarlos de la escarcela. De lo bien abastecida que para los peregrinos resulta Estella es buena indicación la que resulta de la visita del gobernador de Navarra que se hospedó en el "hotel dou Rey Chandolille", con 120 peones y varios caballeros. El hartazgo que se pegaron es de los que marcan época, fuera de parsimonia gastronómica: diez espaldas de carnero, 4 gallinas, 13 perdices, 8 carneros, 28 sueldos de tocino, 3 gansos, 16 pollas, 1 puerco, 3 gansos, de azúcar, 2 de gengibre y 2 de arroz y garbanzo.
: No es la comida del peregrino vulgar y moliente la que ahora confiaba al papel en estas menudencias; es que, con el cansancio, se me hace la boca agua, de tanto goliardesco dengue. Al fin, salimos por Rocamador, iglesia muy favorecida por Sancho el Fuerte, a la que otorgó las rentas de la carnicería vieja de Estella.
Desde la salida de Irache ha soplado un viento fuerte que facilita el camino a mi cabalgadura. Irache, con su monasterio y su castillo altivo de Monjardín, me coloca en trance de contarme otras cosas; pero ya que queda muy poco tiempo hasta que se cumpla la hora de la cena. No debo olvidar la situación de Viana -reunión de ocho aldeas- último pueblo de Navarra, como oteando a Logroño, primera población de España, perteneciente al rey de Castilla. Es necesario cuidarse mucho de los que tratan de hacerte mal cambio de monedas, ya que aquí pululan los cambistas judíos, usureros, y se dejan los cornados, y comienzan a ser valederos los maravedises. Hemos pasado por aquel puente del Ebro, que se parece a los grandes ríos de Francia.



Burgos
6 de abril de 1.381


La jornada de hoy ha sido sin duda la más larga en cuanto aleguas: Nájera - Burgos. Por eso he llegado tan tarde y me pongo a escribir a la mañana siguiente, antes de salir a dar una vuelta por la Cabeza de Castilla. Me ha mareado la jornada de ayer. Atravesé ríos y montañas, recorrí lugares que ponen devoción, como son: Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega. He comido setas en los Montes de Oca, después que fui desvalijado por unos bandoleros o ladrones ingleses. Ordenemos, pues, el relato, para que salga cada cosa a su tiempo. La alberguería de Nájera depende de la Iglesia de Santa María; a la salida dirigí mis pasos por el hospital de la abadía, y me desvié hacia la iglesia de San Francisco. Había contratado antes, con un mozo de espuelas, la caballería que había de dejar en un corral de Burgos.
De la alberguería de los pobres de Nájera se dirá -a pesar de los robos a que fue sometida por varias veces-, lo mismo que del monasterio cluniancense del que dependía:

"Allí dan de grado por amor de Dios en los hospitales y tienes todo lo que quieres. Excepto en el hospital de Santiago, toda la gente es muy burlona. Las mujeres del hospital arman mucho ruido a los peregrinos, pero las raciones son muy buenas."
Me han hablado algunos peregrinos de lo compensador que resulta subir hasta San Millán de la Cogolla y, de paso, retornar al camino por el pueblo de Berceo, donde hasta hace poco, vivía un clérigo, buen rimador de temas referidos a los que al Apóstol de España van en romería. Desaparece el recuerdo de Carlomagno, para dar consistencia a la figura de de Fernán González, tanto en Curueña como en Valpuerta. Al llegar a Santo Domingo de la Calzada se toca el río Oja. Nada más construir el puente, se elevó una hospedería. Nose respira otro aroma que la presencia de aquel santo constructor de puentes junto con el de su discípulo Juan de Ortega.

En Santo Domingo me hablaron del caballero francés, poseso del "diablo", que camino de Compostela se libera de él en un rincón de la Calzada; además llegaron a mis oídos los dichos sobre Bernardo, el infeccioso purulento que se cura de la lepra, o peregrino normando que queda bien del ojo doliente. Nadie que pase por aquí dejará de visitar en la catedral el gallo y la gallina blancos, descendientes de aquellos otros que estaba comiendo el juez de Santo Domingo, en el momento en que el padre del muchacho normando -ajusticiado por la acusación de robar una copa de plata en el hostal de este pueblo- fue mantenido con vida por Santiago, no obstante hallarse en la horca, encaramado en la picota del pueblo. A la vuelta del viaje de Compostela, sus padres lo encuentran con vida; entran impetuosos en casa del juez, cuando engullía un buen plato combinado de ballo y gallina -¡Que vivan y cacareen y kikiriqeen esta aves del corral, si lo que me decís es cierto!- y, zás, se emplumaron de nuevo el pollo y la gallina asados. En recuerdo de tal milagro jacobeo, se conserva un par de gallináceas dentro de la catedral. Yo también, como otros, tomé varias plumas para colocármelas en mi sombrero de fieltro de ala ancha, que me protege contra el sol y la lluvia. Cada siete años -si no se mueren antes-cambian los animalitos por otros. A lo que ya no me presté fue a alargarles, por ver si picaban, unas migas de pan, colocadas en la punta del bordón, como es usual entre los más supersticiosos. Dicen los crédulos que eso da suerte para llegar a Compostela.
Grañón, Villarta, Redecilla del Camino, Belorado, Villafranca, nos conducen ariscamente a los Montes de Oca. Antes de llegar a San Juan de Ortega fuimos sorprendidos por profesionales del hurto, ingleses que nos robaron. Lo único que nos dejaron de valor fue el caballo. Despojado de la escudilla, se me escurrieron todos los lises y florines. Tendré que ir mendigando hasta Compostela. No pocos lo han ensayado con éxito antes que yo.
No sé si será Thomas de Londres el que nos desvalijó. Lo indudable es que se me vinieron al magín las historias recientemente sucedidas, referentes al inglés Odín de Merry, que se hacía amigo de los romeros y acudía con ellos a las posadas para salir de tapadillo a medianoche con el victorioso productos del robo. Lo mismo que a Londres, le tocará ser llevado a la horca este otro inglés que

"de noches que dormía en su lecho, seis florines de oro que le descosió de la manga de la saya e assí lo manifestó"
Y eso se lo hizo a un romero jacobita. En la Baja Navarra fue hecha justicia

"de dos ladrones que robaron ros rumeos alemanes en el hospital de Izuat, de los quoales el uno fue enforzado, el otro azotado y desorellado"
Tuvimos suerte porque no nos dieron brevajes, como a otros, para dormirnos y reducirnos a inactividad. Eso suelen hacer después de sacarte la conversación de la sed. Te ofrecen un potingue y caes sin sentido.
Era también inglés, y por estas tierras fue ahorcado, aquel que "daba yerbas a los romeos a beber en los caminos e se adormecían y así los robaba" . El que nos desvalijó, lo hizo a base de enseñarnos amenazadoramente un cuchillo. Era aquello de la bolsa o la vida. Le di la bolsa, perfiriendo limosnera a lo largo del camino de Astorga. de esta manera decidimos ir por San Juan de Ortega, doléndonos un poco no haber aceptado las camas y la buena pitanza que nos ofrecían, en Villafranca de Montes de Oca. La culpa la tuvo el caballo. Por ir en él, bien enjaezado, debieron creer que era rico. Subiendo por estos montes de Oca feneció el hijo pequeño de un matrimonio peregrino. Las lágrimas de su madre se derramaron en tal medida que provocaron la resurección del muchacho, según cuentan las leyendas aúreas de Santiago, que son como "guías" de turismo de este viaje colosal. En San Félix de Oca se me ha atravesado un arco de herradura mozárabe. Entre robledales nos acercamos a Urtica, lugar muy frecuentado por los maleantes. Justamente, san Juan de Ortega funda un monasterio y una alberguería para defender a los romeros contra los ladrones que, por día y noche, robaban y mataban a cientos de peregrinos. Hoy está más pacífico. Hasta San Juan de Ortega acuden los estériles. Te hablan del borriquillo sobre el que iba montado un tullido que se cura. Y de las manzanas que pidió un niño irlandés.
La piedad romera encuentra motivos de devoción antes de acercarse a Burgos, por Ages, Atapuerca, Rubena y Gamonal. Por último, muchos de estos puentes comarcanos se deben a la pericia ingenieril de san Juan de Ortega, natural del pueblo de su nombre.



Sahagún de Campos
7 de abril de 1.381


Hemos cambiado de paisaje. Entramos en tierra de Campos; casi a partir de Burgos y, sobre todo, después de Carrión de los Condes. Por aquí florecen los trigos. El pan se da en abundancia, pero las casas y hospedajes se diluyen en una frontera muy rala. Las viviendas se construyen con adobe y hasta poseen el demacrado color ocre que las vuelven parduzcas. En Burgos, he podido pasarlo bien, porque compite el Hospital del Emperador con el de Roncesvalles. De todas formas hay constantes líos con los posaderos y albergueros. Los Fueros de Castilla han tenido que dirimir no pocas cuestiones; en este hospital, donde me tratan tan bien, vivió un raro hostalero; oigamos la expresiva prosa ocasional: "asaetearon al mayor del Hospital, que en el hospedaje envenenó a cien peregrinos". No creí nunca que pudiera estar la peregrinación compostelana tan infectada de peligros. En Burgos suelen repetir un refrán:"el dardillo de Burgos, quitadle y séase vuestro". Resulta que entró un peregrino a casa de un tabernero. Le pidió vino para un compañero, que no podía descabalgar. Pagó, con promesas de devolver al instante la copa de plata. Y .... de aquel peregrino nunca más se conoció el paradero. Y es que también existen peregrinos de poca devoción que aplican sus malas mañas a todo lo que les lucra, aún estafando. En el Hospital del Rey se santificó un hombre, san Lesmes. De hospitales y alberguerías podemos hablar en abundancia, ya que he podido contar no menos de 25.
El caso es que se hallan supersaturadas de peregrinos, casi a presión. Por aquí algunos brujulean, durante varios días. En el hospital donde resido, nos dieron tres veces de comer, por jornada, pero cada ración fue inferior a la anterior. En las tres primeras muy abundante. Quiero reseñarle: la sopa, carne, una libra de pan blanco y un cuartillo de vino. Me lavaron los pies, pero no se topó el fraile que manejaba el lebrillo con aquello que le sucedió a san Amaro, al encontrarse un día con que le ofrecía el pie para las abluciones rituales el mismísimo demonio. Por las calles circulan muchos leprosos. Los he tropezado, especialmente en el momento de visitar al Santo Cristo de San Agustín. Lo pude sorprender, en su misterio, después que tres sucesivas cortinas se fueron descorriendo anhelosamente. Es un Cristo de mucha sangre, terrible, al que le crece la barba; le afeitan cada semana y le cortan las uñas. Dicen que como al de Orense hay que asearle cada semana. Algo menos será, ¡vamos!, digo yo. Según me cuentan, lo trajo de un puerto del Norte un mercader de Flandes, que lo halló errante por el mar. Burgos se arremolina de mercaderes flamencos y de otros venidos de puertos hanseáticos. He visto frailes gordos e ignorantes, con facha de estar bien comidos. Deben guardar en la bodega cerveza de Munich o su equivalente. No me lo explico de otra forma.
Salí más tarde de esta metrópoli, en dirección a Sahagún, donde ahora escribo, en la hospedería del gran monasterio de Clunyp. Por San Boal tuve que hacer frente a una nube de langostas, que adelantaban al oscurecer, ocultando el sol. Por Hontanos hallé un peregrino moribundo al que merodeaban los lobos. Esperamos a otro romero, que venía con cabalgadura, para rogarle que lo trasladase hasta Castrojeríz, donde hay buenos hospitales. De todas maneras, me supieron a algo "ibéricamente exquisitas" las sopas de ajo que me proporcionaron, en Hontanos, los alemanes que vendían imágenes. Habréis observado que el camino sirve para todo. Y unos enriquecen el espíritu, otros nutren con sus mercaderías las escarcelas. Junto al río Garbanzuelo me contaron la historia del hijo de Gascón, atacado por la gangrena del "ignis sacro", quien construyó un convento que da el nombre al pueblo, en atención al milagro operado en su hijo. Ni se me reconocía entre la polvareda que levantábamos poco antes de acercarnos a Castrojeriz.
Aunque parezca extraño, una gran parte de las "Cantigas" de Afonso el Sabio se han escrito en alabanza de "dos Vírgenes" que se venerani por estos pueblos de la peregrinación jacobea. Una es la Virgen del Manzano, en Castrojeriz; y otra la Virgen de Villasirga, pasado ya Fitero. Es decir que las "Cantigas" mismas se refieren a sucesos de romeros, que reciben favores, por la intercesión de Santa María, aun antes de llegar a Compostela. En Castrojeriz he contado 7 hospitales y 4 templos. No me ha sido difícil pedir una "caridad". Antes de llegar a Frómista quedo embobado y hechizado en la contemplación de la iglesia románica construída por doña Mayor. Más adelante ya en Villasirga, descubro el hospital del Conde Osorno. Empieza uno a maravillarse, con sólo entrar en el atrio, de la Virgen de Villasirga. Alfonso X el Sabio se encarama en versos cortos para contarnos la tragedia del mercader alemán, que se queda tullido:

El, en esto estando,
viu que gran romaría
de gente de sa terra
a Santiago va.
Hasta los marineros se sirven de su advocación para solicitar bonanza. En una palabra, he aprendido este cantarcillo:
"Romeos que de Santiago
yan foronlle contando
os miragres que a Virgen
faz en Vila-Sirga".



León
8 de abril de 1.381


Las leyendas de nuestro Carlomagno se disuelven por León. Y si creemos al poema "La Prise de Pampeloune", aunque sufriera revés en Sahagún de Campos, logró una victoria en Astorga. El hospedaje de los cluniacenses en Sahagún resulta ser de lo mejor. Disponen hasta de setenta camas. En la villa, rodeada de gruesos tapiales, se aclimatan y viven, a su sabor, francos, judíos y hasta morisma. Dos monjes se dedican a la recepción de los peregrinos en la hospedería cluniacense, más fuerte y rica que los mismos reyes; procuraron hacernos grata la estancia. Hemos pasado dos puentes, uno sobre el Valderaduey y otro sobre el Cea. Me han dado algún dinero para poder comprarme vino, en alguna de las tabernas de los pueblos que se diseminan hasta llegar a León. En Calzada del Coto procuré cambiar el camino. Contaba con verdaderos deseos de llegar a Mansilla de las Mulas, por Calzada de los Hermanillos. Es decir por la antigua Vía Trajana, que aún se conserva en buen estado. Lo más terrible de esta etapa reside en la sequedad, y en lo poco poblado que está el campo.
Si en Villarente hallamos una hospedería, al lado del puente de muchos ojos y ciertas corcovas, en Mansilla; -¡Esla a la vista!-. Una csa de peregrinos, y siete iglesias, propicias para el hebdomario piadoso del jubileo.
Luego, monte arriba, el Portillo, con su gran crucero, desde donde se desarrolla una gran visión de conjunto; un León, al oscurecer, lleno de felicidades, de creer lo que aseguran las páginas más optimistas del "Calixtinus". Hasta, en Puente Castro, sobre el río Torio me salieron algunos judíos de la aljama, ofreciéndome buen cambio. ¡Pobre de mi!
Por cierto que estas soledades me han hecho repasar mentalmente algunos temas del sermón famoso: "Dies veneranda", contra los malos posaderos jacopetas. Me doy cuenta que hay muchos peligros; ahora no tantos como lo que suponían otras arterias y estratagemas. Durante marcha y bajo la soledad azul de la "Vía Láctea", me han contado algunas escenas; ciertas, me han sucedido am´; todavía desespero que nos quedará mucho por palpar y sufrir, hasta tanto recalemos en Compostela.
La picaresca, concretada en hacer desaparecer la escudilla del dinero de la correa o de las salas de dormición de los peregrinos, es infinita.
Especialmente, en Compostela, lo de los posaderos es horrendo: ¡salen antes de que merodees la ciudad, bastantes leguas antes, te besan y rebesan, para luego robarte! Te ofrecen un trago de vino excelente, pero cuando estás en su casa, bien atrapado, te sirven vinagre o baja sidra. Si pides carne, apesta, porque es de tres días. Utilizan pesas y medidas falsas, que por aquí llaman: marsicias. Las aplican sólo a los peregrinos, no a los nativos. Te fallan no solo en la medida del vino, sino en la de la avena, al servírtela para las caballerías. Hasta te bajan a la bodega con ellos, te sacan la primera jarra de vino de un tonel, y cuando te descuidas, con la obscuridad y la euforia, el resto del vino apetecido te lo vienen a "escurrir" de otro toneles inferiores.
Antes de avistar la ciudad, te cobran primas por la reserva de la cama; aun con reserva y fianza, si hay quien apoquine más, te dejan en la calle; y no está muy claro que te devuelvan el dinerito. Hasta es posible que te echen de casa, si no les pagas lo mismo que los nuevos, y a veces fingidos ofertores. Mucho se ha hablado de bebedizos, aplicados a los romeros para adormecernos y así robarnos con más facilidad, pero no es justo olvidarse de los que emborrachan con el mismo fin. Me lo cuentan, y casi ni se cree que el negocio esté tan alambicado en Compostela; como que para que no bebas agua la hacen desaparecer por la noche. Cuando te levantas; a falta de agua, vino al coleto, pero .... dinero también. En Compostela no está arreglado el suministro de agua potable. Para cumplir el Voto hay que llevar cera al apóstol; los posaderos te la meten por los ojos. Te la ofrecen en casa, más barata que la de los mercachifles, pero resulta que es de poca calidad. Hasta te aconsejan el altar donde has de dejarla, ya que llevan comisión, en armonía con los sacristanes capilleros. Las comidas primeras te las ofrecen hasta gratis, si les compras cirios. Es un negocio redondo, porque a las velas les echan grasa de cabra o hasta las envuelven con habas.
Los cambistas no son mejor "ganado". Te entregan la moneda que quieren, por tus dineros, y al cambio que les viene en gana. Con el mismo mesonero, te ajustas a un precio el hospedaje, e inmediatamente sube. ¡Habrá que comprar alimentos en los mercados públicos mucho más baratos! He de decirte que no siempre los precios son estables. La estafa funciona de maravilla, a la orden del día. De todo este titirimundi hablan los que vuelven de allá. Sucede lo que sucede, a pesar de las leyes. Puertomarín, Barbadelos y Triacastela, ya cerca de Compostela, son los puntos donde más peligra el peregrino.
Me hospedo en el hospital de San Marcos de León. El de San Antonio sólo recoge a los peregrinos cuando vuelven de Compostela. Me fuí a venerar el sepulcro de san Isidoro, allá junto a las murallas. Es una iglesia hermosísima que quiere centrar la peregrinación. Me he recontado hasta 18 hospitales. Si deseáis vivir la peregrinación intensamente, leed un libro que me recomendaron, escrito por Lucas de Tuy. Se llama de "Los Milagros de San Isidoro". El "Códice Calixtino de León", como si dijéramos un libro muy risueño y estimulante.
Aquí hay más contingente de peregrinos que en puntos anteriores, especialmente españoles. Recoge a los de Valladolid. Desde aquí suben a San Salvador de Oviedo cuantos desean practicar esta segunda peregrinación.



Foncebadón
9 de abril de 1.381


He llegado hasta esta hospedería, desde la que se divisa toda Castilla. Es el puerto seco más alto de cuantos corona la peregrinación. Nada menos que 5.000 pies de altura, que no los alcanzan los Pirineos por Roncesvalles. Desde León me han ocurrido incidencias. En el pueblo de San Martín del Camino, me ofrecieron pan y manteca comestible. Por estas latitudes es manjar muy exquisito. En Hospital atravesé el río Orbigo, por un puente con sus treinta ojos, algunos descascarillados. Pasé del Páramo a la Ribera, para avistar, al poco tiempo, Astorga, desde una planicie llamada el "Alto de San Justo". Entré por la calzada romana y por Puerta Sol, junto a la que se acurrucan no menos de cinco hospitales. Han prosperado bastante los hospedajes de los gremios. Y casi cada uno ha constituido su hospitalillo y amplía su caridad gremial a los romeros. Muchos astorganos han visitado Jerusalén, hasta el punto de organizar la cofradía de los palmeros. Hay tradición local, desde Santo Toribio y la Monja Eteria. Por haber, hay devoción hasta a Santo Tomás de Cantorbery, el modernisimo santo inglés, y tal cosa se debe a que uno de sus familiares es canónigo de Astorga; también se venera a la Virgen francesa de Rocamador.
En un nicho me dijeron que emparedaban a las penitentes, quienes suplican ululantes perdón y oraciones de los caminantes compostelanos que pasan, a la verita misma de la Catedral románica. Existe un nosocomio u hospital para ingleses. Por cierto que de camino hacia Astorga me he tropezado con piezas de museo, como algunos peregrinos que vienen de lejos, haciendo la romería por cunplir una sentencia civil. Otros discurrían desnudos, con un hierro, agazapado a los pies; los de más allá atados con sogas y cordeles, como recua, avanzas en bandadas. Mujeres hay con vestidos sumamente blancos, equivalentes, en femenino, a la pena masculina de desnudez peregrinante con "fierro". Me cuentan que hubo dos santos que hicieron todo el trayecto de la peregrinación de rodillas. Si he sufrido yo tanto, de ir a pie, ¿qué calamidades no habrán pasado ellos? En general, puedo comentarte lo bien que se portan los médicos de los hospitales, así como los boticarios y especieros, que atienden al alambique.
En nuestras conversaciones de camino, sacamos a colación los nuevos remedios contra enfermedades, ya popularizadas en otras tierras, así como el de las piedras que preservan contra determinadas enfermedades. En los hospitales más amplios y mejor dotados, he hallado quien entiende mi idioma; hay adscrito, al menos en francés, un intérprete o linguajero. Los médicos se detienen a mirar "las aguas" de los peregrinos. En Astorga observé, y me gustó, el castillo corpulento del señor marqués, ante el palenque del Juego de Cañas. Parece mentira que siendo Astorga como es, más diminuta que otros puntos de peregrinación, haya dado un estironazo hasta construir veintidós hospitales. Cuando pasé por el de San Juan había un peregrino muerto, a quien amortajado velaban las beatas del Convento de "Sancti Spíritus". En la iglesia de San Francisco se susurra que se hospedó en él, el Santo Umbro. Hay juderías, rúa de los Francos, Caleya yerma, y una salida, por Rectivia, hacia la Maragatería y Compostela. De Valdeviejas pasé al Ganso.
En Rabanal del Camino, los Templarios protegieron la larga vía, porque ya sólo nos quedan ocho kilómetros fatigosos hasta ascender al Monte Irago o de Foncebadón. El sol, que apretaba en el Páramo y Campos, se vuelve cierzo tormentoso a tales alturas. Me he cansado; el viento casi ladra, pero los peregrinos, acogidos en este humilde hospital, en lo alto del Puerto, no lo pasamos mal del todo. Nos hemos calentado. Y estamos dispuestos a rebasar el Puerto. ¡Como sea! ¡Qué buen tipo, por dispuesto

"el Cirujano maestre Alfonso e su magyer Sancho Alfonso, cofrades del Señor Feliz e pagaron e quedo curar los feridos que venyeren al dicho hospital de Cerugia"!
A mí me curó una herida.



Cebreiro
10 de abril de 1.381


Mi fatiga se adelanta hasta el desfallecimiento. Me he trasladado de cuenca del río Duero a la del Miño, de Foncebadón hasta Piedrafita. Del Duero al Miño. Y en medio, el vergel: Bierzo. Toda una comarca que comienza a oler a Galicia, donde se revuelven valles, prados, escarpaduras, castillos de templarios, numerosos monasterios -algo apartados de la ruta-, ciudades o villas como Cacabelos, que pertenecen al propio arzobispo de Santiago de Compostela. Dormí como un lirón, en la hospedería de Foncebadón, antes de bajar para el Bierzo. Por la mañana las nubes se situaban muy bajas y algo me costó hacerme a la nieve, que caía, y me siguió hasta Riego de Ambrox. Realmente he llegado magullado y llagado. He sido muy osado al querer hacer etapas tan largas.
Me llamó la atención la empalizada de cruces, que se sitúa a lo largo de Foncebadón. ¿He soñado que son las señales acotadas que puso un ermitaño, al reformar la hospedería? En la subida a Manjarín, hallo la cruz de Ferro, un inmenso montón de piedras, del que nace el largo hastial de madera con la cruz de hierro de más de un metro. Como otros romeros he cogido una piedra del camino, una piedra de canchales, y la he tirado contra el montículo lapidario. Por cierto que uno de los romeros que me acompañan ha dicho: -Oye, Geofrol, ¿sabes qué otra significación tiene la sebe de estacas que se alinea a ambos lados del camino?- Será -contesté yo, sin temor-, la empalizada de cruces de Gaucelmo-. Pues no, resultan ser las quinientas estacas, que los pobres vecinos del Acebo se han comprometido a colocar, para que no se pierdan los peregrinos. A cambio de este servicio reciben de los reyes, según escritos, algunas exenciones. El Acebo apenas si enseña la miseria pajiza de sus diez casas, igual que las aldehuelas de Manjarín o Labor de Rey.
En Riego de Ambrox nos hemos tropezado, con el sol y con unos canónigos de Astorga, que vinieron a recoger diezmos y primicias para entrojarlos. Conservan el vino en Barrios de Salas, Molinaseca ya es una villita, con tres iglesias. No he podido borrar de mi devoción el Santiago románico del Acebo. Es una delicia.
Sobrecoge desde lejos la imponente mole del Castillo de los Templarios de Ponferrada. A pesar de que las asperidades del monte que he atravesado son mayores que las de Oca, he sentido mayor sensación de seguridad. Debe hallarse la clave, en la vigilancia de las órdenes de caballería. Por cierto que en Ponferrada Osmundo, Obispo, ha construido un puente muy bonito, de hierro, que hasta da nombre a la villa. Los hierros llegaron de las ferrerías de los monjes bercianos. Así como me fue gratuito el paso sobre el Sil, hube de pagar dineros en Pomboeza, por el paso de la Barca. Recé a la Virgen de la Encina. Atravesé la llanura berciana. Me maravilló encontrarme con el hábito de varios monjes, que bajaron de San Pedro, de Peñalba, de Vega de Espinarada.
Y a prisa, al trotecillo, en una mula -pues estaba cansado-, me presenté en Cacabelos, una vez oreado mi oido con el nombre de Compostilla. Ganas me dieron de someterme a una desviación para visitar el Real Monasterio de Carracedo, ocho leguas de Cacabelos. ¡Me hubieran dado una buena ración los benedictinos! Me doy cuenta de la feracidad de esta tierra berciana de vino. Creo que Gelmirez comía cerezas y bebía vino de Cacabelos. Se toma éste, sin darse cuenta y marea, especialmente si para ingerirlo nos introducimos en las bodegas. En el hospital de Alfonso el Cabrito, abandoné a uno de mis compañeros, entre los aspeados. Por cierto: luego me arrepentí; una vez pasado el Cúa, llegamos a Villafranca del Bierzo, por el camino de la iglesia románica de Santiago. Es fama que los que no se sienten con fuerzas para alcanzar Compostela, entran por una puerta de esta ermita y salen por otra, llamada precisamente Puerta del Perdón. Así lo debió hacer Johan de Montatayre.
El buen hospedaje de los monjes de Cluniaco no me retuvo, aunque tenía ganas de permanecer. Dejé en manos de los monjes al buen Johan, hasta mi vuelta. Trasegué buen vino en una bodega. No en vano Herman Küning dirá que

"se debe beber vino de Villafranca con discreto miramiento, pues saca a algunos de sentidos, dejándose correr como un cirio"

Nos recibían bien las gentes de la villa, ya que sucedió, hace poco, un hecho "milagroso". Alguno de los villafranquinos robó el tabardo de un peregrino. Desapareció de las manos del depredador y apareció, sobre los hombros del Apóstol, en Compostela. Es razón del especial miramiento para los que caminamos con tabardo, con la esportilla y los dos bordoncillos colgados en el sombrero. De lo que nadie nos libró fue de pagar el portazgo, correspondiente a la confluencia de los ríos Burbia y Valcárcel. Por el estrecho paso de las orillas del Valcárcel abrupto, desasosegado, se llega a dos castillos que se sitúan, uno frente a otro, y responden al topónimo de Autares y de Sarracin. Están situados en lugares estratégicos y escarpados, antes de llegar a Ruitelán, ascendiendo ya a los montes del Cebrero, perdiendo de vista esta maravilla del Bierzo, que queda a nuestra espalda. Hoy los portazgueros no nos han salido, en son de presa desde el castillo de Autares, con ánimo de robo. Se ve que las fechorías anteriores les han dejado rendidos para días. Hubo una época en que Nezano Gudesteiz prohibía el paso hacia Galicia a quien le daba su feudal gana. Y era dueño desaprensivo y depredador de esa imponente mole de Autares. La mula, sobre la que cabalgo, va lenta.
Hay trechos del camino en que decido apearme. Quedé de dejarla en la hospedería del Cebrero. Allí espera un encargado que la realquila, en retorno a Villafranca. La desolación de las montañas del Cebrero y su altitud de más de 4.500 pies deja huella acezante. Solamente el deseo de visitar, entre estas paredes, el milagro del pan y vino convertido visiblemente en carne y sangre de Cristo, compensan de las desesperantes fatigas. Por otra parte, a última hora, cerró el tiempo. Neviscaba. Pude charlar con otros peregrinos y peregrinas de diversas naciones, acerca de los motivos de su peregrinación. Unos, que si la legislación civil o canónica se lo había impuesto; la mayor parte por devoción; yo mismo di cumplimiento de un voto, cuando me hallé en peligro; otros pretenden que sus enfermedades queden aliviadas. Es curioso; se asegura que a Santiago hay que ir en vida o en muerte. Y muchos testamentos reflejan este hecho. Los testadores dejan un dinero para que se contrate a una persona que realice la peregrinación, en vez de ellos, que ya están muertos. En Compostela ofrecen misas; algunos hay que vienen en representación de determinada ciudad, en donde las calamidades públicas hacían cebo. Otros alían la piedad con la curiosidad y el negocio. De las almas que peregrinan, después de muerto el cuerpo, dicen estos versos octosílabos:

En Camino de Santiago
iba un alma peregrina,
una noche tan oscura
que ni una estrella lucía;
por donde el alma pasaba
la tierra se estremecía.

Luego la expresión se torna diálogo inefable:

-¿Dirásme, alma pecadora,
lo que por Santiago había?
-Perdóneme el caballero,
decírselo non podía;
que tengo el cuerpo en las andas,
voy a la misa del día.


Puerto Marín
12 de abril de 1.381


Los tres días pasados en el Cebrero me tonificaron. Recuerdo las buenas peripecias conversacionales de sobremesa. Contra las pallozas, junto a la albergueria, crujía la nieve y el lobo. Antes de ponerme a recordar aquellos gratos momentos en que pasamos lista a gran parte de los sucedidos de la peregrinación, he de deciros que ya se presiente el tufo, la luz, la niebla, y la lluvia jacobea. Ahora me golpean, más insistentemente que nunca, los rostros de mi mujer y de mis hijos.
Las primeras tretas de los albergueros de Compostela han comenzado a resabiarnos en Triacastela y en Barbedelo. Por cierto que, cada uno, ha cogido una piedra de cal, que llevaremos hasta Castañeda, donde los arquitectores la recogen, porque continúan trabajando en la Catedral de Compostela. Es la vieja tradición que no he querido interrumpir. Y conmigo, los demás. Ya se acercan algunos de los azabacheros de Compostela, ofreciéndonos chucherías y mercancía de "souvenires". Transportan conchas, o veneras, aunque estas baratijas acaso las habríamos podido adquirir igualmente, a lo largo del camino, en algunas tiendas de ocasión y, principalmente en los puntos de parada más frecuentados, donde se restablecen puestos de quincallería. Por el pupilaje, en Compostela, hemos de entregar una prenda particular, si deseamos conseguir reserva de la habitación. Me he negado, en principio, a tal operación, pero los criados son duchos y logreros. Hay que andarse con cuidado con ellos porque por menos de nada te birlan lo poco que llevas.
Comentaba yo con mis amigos las picardía de la peregrinación. Nos vamos enfervorizando más, al notar que se acerca ya la presencia de ese "gran gallego sin cabeza" que es Santiago, el primo de Cristo. Desistí de quedarme en Samos, a pesar de que nos ofrecían la misma ración que a los monjes, y eso a lo largo de tres días. Pude repostar, y me socorrieron con algún dinerillo para compensar mi indigencia. Tengo los pies deshechos y en pura llaga. A veces ni los siento. Es curioso, en Sarria, a los que vuelven de la romería, si están sanos y presentan un certificado, les regalan ocho maravedises; si enfermos, a más de procurarles un sapientísimo cirujano y un buen enfermero, les proporcionan cama, luz y 24 maravedises. Vaya esto en compensación de las violencias que otros, por estos mismos parajes, cometen contra los peregrinos. ¡Hay que ver cómo es de escarpada y de inasequible esta tierra de Galicia! Muchos castaños la siembran, y también viñedos. Apenas si se encuentra pan. Abunda la "borona". No se me oculta que al llegar a Portomarín, el Miño resulta otro peligro. Pude zafarme de pagar el portazgo. Unos aldeanos, que pasaban unas bestias por el puente, hubieron de pagar seis cornados a los comendadores del portazgo. Verdad es que a su vez portaban suculentas mercaderías.
Pasé un buen miedo al atravesar la sierra de Reira, que empieza a suavizarse en Ferreiros. ¡A loq eu iba! Los dos o tres días que me quedé en el Cebrero, teniendo en la punta de la mano todo el territorio de Lugo, pude hacer como un balance de la peregrinación jacobea. He visto llevar amuletos a los borgoñones; me han enseñado sus autorizaciones oficiales de tránsito, me han hablado de los boticarios, de los cirujanos y sus servicios en los hospitales. He compendido que éste de Santaigo es un romeraje, favorecedor también de una vía comercial, que nos mezcla a los francos con los indígenas, que transporta a distancia leyendas de juglares, que comunica de un lugar a otro los estilos del arte y pone en común la maestría de los arquitectos de la Isla de Francia. Escuché canciones de peregrinos. Uno reproduce un romance español, sobre la fornicación en el camino francígena. Es leonés, de por las tierras que hemos pasado.

Al conde lo llevan preso
al conde Miguel al prado
no le llevan por ladrón
ni por cosas que ha robado
por esforzar una niña
el Camino de Santiago
Como era hija del Rey
sobrina del Padre Santo,
Como era de tal linaje
a muerte le sentenciaron.

Por cierto que, en estas fogatas del Cebrero, supe que hay mozos franceses empleados, como pinches en las hospederías de Compostela. Tal un llamado Escoufle, que pasa unos cuantos años, ganándose la vida a cuenta del viajero fuera de su patria. No deja de ser buen negocio este de los hospederos de Compostela. Una de las impagables cosas que se logra, en la terrena Vía Láctea a Galicia, es el conocimiento de amistades. Los que salimos juntos de París, nos estrechamos, vivimos más unidos en la amistad, porque hemos sufrido juntos los peligros, aunque también las satisfacciones. Es mal visto el abandono de un compañero de peregrinación, si ambos se han juramentado no soltarse nunca. A este propósito, se cuentan casos "milagrosos", en los que interviene Santiago, trasportando -en una noche-, al amigo fiel, que se quedó con el enfermo, hasta el mismo altar del Apóstol. Es muy tarde. Y hemos de madrugar. Mañana es el gran día.
Desde Puertomarín ya es coser y cantar hasta Compostela. Si bien me aseguran que hemos de pasar por un paraje, Felpos -no lejos de Palas de Rey-, en que hace pocos años

"las gentes de Alvaro Sánchez de Ulloa asaltaban a quienes transitaban por el Camino de Santiago, sometiéndolos a todo género de violencias y exacciones, hasta que el arzobispo don Berenguel decidió poner sitio a aquella guarida de malhechores"

Espero que si mañana sucediera tal cosa, los Ulloa del monte Losorio nos defenderían, porque estos Monterrey, según mis cuentas, son los que han fundado el hospital de Libureiro. También tengo que hacer memoria para no olvidar, en la hospedería, la piedra de cal que depositaré en Castañeda, después de pasar por Mellid. Cuando se transite el puente de Castañeda, poca cosa nos alejará de avistar las torres de la Catedral del Maestro Mateo. Voy a dormir a prisa, porque mañana es el gran día. Tampoco lucen mucho estos aguzos.


Compostela
13 de abril de 1.381


He logrado acomodarme en la hospedería oficial. No hubiera podido pagar otro albergue que éste, desde que me desvalijaron en Montes de Oca. He sido importunado por los cientos de albergueros, cuyas mañas y tretas he descubierto. Esta alegría supera a las demás. El gozo de postrarme ante el Apóstol Santiago. Posiblemente, en adelante cambie mi apellido por el de King o Rey. Y es que después de Lavacolla, en Monjoy, todos emprendemos una carrera loca por ver quién alcanza primero las murallas. Es una costumbre, y manifiesta la explosión del gozo, la rotura de moldes de una emoción contenida después de dos meses. En mi grupo, quizá por carecer de impedimenta, saqué yo la ventaja. Por eso me llamaré Geoffroy Leroi. En el pintoresco Lavacolla lavamos nuestras inmundicias, dentro del riachuelo. Me cambié la ropa totalmente, porque me las habían dado en abundancia en el monasterio del Cebrero. Fue un baño total, una ablución. Me temblaron los ojos al ver Compostela tan cerca, al descender ya por el Monte del Gozo. Al canto del Tedeum, se me escurrieron lágrimas de mil días.
He visitado muchos templos para ganar, no sólo la Perdonanza, sino muchas indulgencias. Con estos ritos y ceremonias ya he quedado a gusto, pues cumplí el voto ofrecido al Señor Santiago. Más tarde me expidieron la papeleta o certificación de haber confesado y comulgado. Viene a ser como una patente de vuelta a la tierra natal. Es un carnet para toda la vida. Esto me abre muchas puertas, y es indicio seguro de que no he baladroneado con lo de Compostela. Al subir a abrazar a Santiago, somo los demás, deposité mi sombrero sobre su cabeza a lo largo de un instante. Debía estar muy contento el Santiaguiño, por lo que juzgo de mi mismo. La iglesia, de par en par sus puertas, no se cierra ni de día ni de noche. La iluminaban cientos de cirios. Algunos hay que duermen aquí. Y no infrecuentemente se organizan desproporcionadas y anticarismáticas trifulcas, entre grupos que se van a las manos. No son pocos los que han muerto violentamente dentro de esta catedral del Apóstol Santiago. Atraviesan pausados, los canónigos, muy flamantes, con grandes vestiduras que llaman la atención de los que sueñan bajo estas naves. Son los cardenales. Uno, el linguajero; con él me confesé, en francés. He velado toda la noche. Se desborda la devoción, pero también he presenciado las chocarrerías de los juglares, interpretando, aparte de juegos torpes, ciertas canciones mundanas, mientras algunos romeros se movían de una parte a otra, con objeto de colocar las ofrendas en las capillas de su predilección.
Suena a veces la campana del altar de Santiago. Un clérigo, con sobrepelliz, se coloca sobre el arca. Las ofrendas son muchas, lo mismo que las velas apilándose en los distintos altares. He podido leer las prohibiciones que existen: así el arqueiro no puede aceptar imágenes de hombre, ni de caballo, ni admitir incienso ni trajes. Tampoco, en el altar de Santiago, se permite la ofrenda de bastones, ni ciriales de hierro, aunque se dan por contentos si lo que se les entrega es una espada en buen uso, no herrumbosa. Si la ofrenda consistiera en una campana rota, habría de llevarse el arca de la obra.
Es decir que esto no es muy sencillo. Algunos peregrinos he visto, metiendo los dedos en un lugar del parteluz del Pórtico de la Gloria, que según aseguran son las señales que Cristo dejó marcadas en el momento de hacer una variación posicional en el conjunto de la inmensa catedral. ¡A lo que voy!... Aquí, en el "paraíso", ¡si que es un rebullir de concheiros, de azabacheros, de plomeros! Cientos de recordatorios y chucherías inimaginables ha inventado la fácil fertilidad fructífera de estos compostelanos, que piden al Papa mano dura para luchar contra los falsificadores de "recuerdos" religiosos compostelanos, especialmente contra los de Lugo. Los que se sitúan a las puertas del templo son los de los puestos ambulantes. Y después de entrar en una azabachería no sólo te tropiezas con los recuerdos útiles, como cobre, estaño blanco y otros bordoncillos, sino otras mil garambainas.
Tampoco resulta difícil hallar, en la rúa de los concheiros, el rebullicio internacional de la lonja "santificada". Nos excita el ambiente a engalanarnos con emblemas jacobitas y hasta las vendedoras se prestan a cosérnoslos sobre el tabardo o la escudilla, después de haber agujereado por dos sitios. Desde luego, el símbolo afrodisíaco nunca ha estado tan cerca de lo sagrado, como aquí en Santaigo, con la venera -la concha del nacimiento de Venus-. Puesto que voy a pasar una semana, lo que no escriba hoy lo añadiré mañana.







El peregrino debió terminar su dietario de ida, pero ya lo desconocemos. No creo que muriera en Compostela ni en plena catedral de Viernes Santo como aquel trovador de Aquitania.

lunes, 31 de mayo de 2010

Xicoia 2010.

Xavie Ayala
Marta Ferrusola

El Padre Apeles

La Xicoia es una agrupacion de hosteleros del Pallars Sobira-Lleida, los cuales se dedican, aparte de cocinar, a promocionar la cocina Pallaresa, cada año se organiza un Raly Gastronómico y al final se organiza una cena de final de temporada invitando gente o famosos que han destacado en el mundo de la hostelería, embajadores del Pallars o grandes gastrónomos.
Como cada año, aparezco por allí, para poner mi granito de arena, trabajando un poco, solo un poco, poder degustar también de la cena aunque sea tarde y después unas copas.
Os dejo unas fotos de los famosos que han acudido en esta ocasión.
A disfrutarlo, Joan.

viernes, 28 de mayo de 2010

Una de Buitres (animales)











Como siempre digo, es un privilegio el poder estar en una de las zonas mas vírgenes del Pirineo de Lleida, el Pallars Sobira, donde se puede hacer de todo, practicar toda clase de deportes de montaña y sobre todo disfrutar de la naturaleza en estado puro.
En esta ocasión y aprovechando una de mis salidas caminatas y entreno para el Camino, surgió del cielo y de forma inesperada una bandada de Buitres, según algunos, temidos animales salvajes, pero que en realidad solo son carroñeros y que tienen mas miedo que nosotros, pero bueno una cantidad de 50 de esos bichos volando por encima de nuestras cabezas no dan mucha seguridad.
Son asustadizos, esquivos y no es fácil acercarse a ellos, pero con un poco de experiencia se pueden conseguir fotos como estas, en un principio cuando me acerque salieron volando, pero tenían dos cabras montesas muertas, por lo tanto sabia que retornarían a su festín, solo fue cuestión de esconderse un poco y esperar su regreso.
Bueno, espero que os guste y cuando queráis, por aquí estoy.
Saludos, Joan.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Video Camino Santiago Aragones 2010

Aquí os dejo un pequeño vídeo del Camino Aragonés, es uno de los ríos helados que tube que cruzar, aquí es cuando mas quiero a mis botas, es cuando se nota el buen material y no te sabe mal la inversión económica un poco desmesurada.



Disfrutarlo, Joan.

martes, 27 de abril de 2010

¿ Y Yo Estoy Como Una Puta Cabra? 3ª Parte





Por que no pasas aquí la noche, le pregunto, estarás tranquila, yo vigilo, además tal como estas de los pies, no digamos de la cabeza, te ira muy bien el reposo, claro esta si no tienes prisa. El sitio es tranquilo la temperatura permite de poder dormir con un saco normal, mas bien hace algo de calor, detrás de los matorrales nadie te vera, algunas parejas aprovechan este sito para desfogar se, si quieres hacer un pequeño fuego te ayudara a pasar la noche, cuanto tiempo hace que no duermes en, con, la naturaleza, ya se que en la ciudad no se puede hacer, pero aquí quien te lo impide. Te puede dar otro punto de vista, otra manera de afrontar tus miedos, que son muchos y tal como estas es preferible que pases de estar con gente, por lo menos hasta que sepas que es lo que quieres hacer con tu vida, aclararte las ideas. Acepta mi invitación y se queda a pasar la noche, lo que os digo, hace caso a una Cabra, mucho mejor no esta ella.




Cuanto tiempo hace que no hablas con tu familia? ¿ Por que no les llamas, que sepan de ti, no te enojes, no ganaras nada, explicables cual es tu punto de vista, de lo que estas encontrando, que aunque no te lo parezca es mucho, mas de lo que tu te piensas, miras de encontrar una cosa la cual ya la llevas dentro de ti, pero como se suele decir; No puedo ver la luna por que me lo impiden las lágrimas. Ha encendido un pequeño fuego, no sin mucho trabajo, le he traído unos cuantos troncos secos, se nota que esta chica no veía la serie de Makibert, esta contenta de haberlo conseguido, una cosa tan fácil , tan sencilla te puede hacer cambiar la cara y pasar de la mala leche a entonar y esbozar ya una pequeña sonrisa, yo la miro, la veo como a una triunfadora, veremos que tal se sale con la noche.




Sentada encima de su saco de dormir con los pies descalzos, las piernas cruzadas, esta llamando a su familia, de momento el tono es bueno, como tiene que ser, es normal que su familia se preocupe y mas cuando una persona esta tan perdida, si yo no fuera una cabra le pediría de salir con ella, si, estoy como una Cabra. Que te han dicho, no les habrás contado que estas hablando con una Cabra, no? Que sonrisa mas agradable descifran sus labios, en su cara esta la felicidad, esta la ternura de alguien que ha comprendido que en la familia siempre encontrara un apoyo, que no siempre estar en contra de algunas ideas personales signifiquen que no están contigo, al contrario, es ir un poco mas allá de las narices de uno propiamente en tono personal.




Que es lo que le pasa a una persona cuando lo ha perdido todo, moral y sentimentalmente, ha perdido palabra, comunicacion, fe, en que se escuda para poder continuar con su vida, mejor no preguntárselo, que descanse, mañana se marchara y yo me quedare aquí, en mis prados, en mi rió, con mi locura de Cabra,pero es la única persona en la cual he confiado, que no me ha defraudao, ya pasaran otros.




Buenos días, que tal has pasado la noche, sabes que ya han pasado Peregrinos esta mañana? Pues que hora es, mucha prisa no es que tenga, pero tengo que retomar el Camino y ya se que Camino he de tomar, he comprendido y e encontrado lo que tanto e buscado, sin darme cuenta que en realidad soy yo la que tiene la respuesta, esta en mi interior, como te lo explicaría, con una sonrisa se vive mejor, intentare hacer con los demás lo que yo querría que hicieran conmigo, la gente pasa por la vida como el agua de este rió pero se que los hechos quedan como este bosque o el Camino, creo que es un buen principio, no? Creo que no es tan sencillo como cruzar un puente, pero si, en verdad es un buen principio, alcanzar la meta sera mas duro que la carrera, se ha dado cuenta o a reconocido que sencilla mente un poco abecés es mucho.






Ya tiene preparada la mochila, es la misma que ayer, igual de grande, pero hoy le pesa mucho menos, ya no tiene tanta carga, de llegar llegara. Antes de dejar el lugar donde a pasado la noche, gira sobre si misma y mira a su alrededor, que todo este tal como ella lo encontró y mirando de no dejar rastro del peso que ha dejado, sabe que es emocional, pero no quiere que nada se le pase por alto, ese ya es su sitio, es demasiado feliz como para no permitirse ningún fallo. Cabra me acompañas? Bueno, por que no, pero solo un rato, tengo trabajo, tengo que cuidar mi rió.



Hace frió, mucho frió,este invierno es muy duro, hace días que no pasa nadie, a nevado y me cuesta encontrar pasto,me acercare hasta casa, al calor del hogar, si es que algún día lo he tenido.




Pasado el puente que se encuentra después de una pequeña subida , antes de entrar en el camino que llega a casa, hay un huerto con verduras, de mis dueños, quedan unas cuantas espinacas, cardo borriquero, unas ensaladas tapadas por plásticos, quitando un poco la nieve podre comer algo, mas fresco que lo que yo querría, pero no están heladas, estoy comiendo tranquila mente cuando noto un fuerte golpe en el lomo de mi querido cuerpo, no hace falta que me gire para ver quien es, lo reconozco por sus gritos, es mi amo, mi pastor y no parece muy contento de verme. Me ha encerrado en la cuadra, comiendo hierba seca guardada para pasar el invierno, lo guarda para las ovejas, hace ya muchos días que estoy aquí, es mas, esta apunto de entrar la Primavera, espero que me perdone y me deje en libertad, donde yo tengo que estar, en mis prados verdes, además me esperan los Peregrinos, esos locos del Camino, que para unos están como una Cabra, para otros son unos cazadores de sueños, según quien lo mire claro.



Dicen que estas mas loca/o que una Cabra, yo pienso que la humanidad lo esta mas que yo, tiene tiempo y no sabe que hacer con el, tiene libertad pero se ata y esclaviza, tiene amor, sin embargo se encierra en si mismo con la intención de ser mas feliz, es inteligente pero simplemente se frustra y contrae un caparazón que le impide desarrollarse a si mismo, yo soy una Cabra, pero tengo mis prados verdes, mi rió y lo mas importante, mi libertad.
----------------------------------------------------------
Fin
Derechos de Autor; Joan Alcala i Sanchis
---------------------------------------------------------

lunes, 26 de abril de 2010

¿ Y Yo Estoy Como Una Puta Cabra? 2ª Parte.








La definición de Cabra seria la dedicada a la de un animal, pero la definición de estas como una puta cabra, a quien esta dedicada? Yo no me considero una puta, no lo hago con cualquiera, a la vista esta que sigo soltera y no tengo hijos, no significa tampoco que no lo allá probado, pero siempre pasa lo mismo, solo te quieren por el sexo, que ojos tienes, se te cepillan y hasta otra, si es que coincides alguna otra vez, eso no me gusto nunca, me hubiera gustado formar una familia, pero me gusta mas la libertad que tengo, la que he buscado, la que me he ganado, a base de ir a mi puta bola, si que me he ganado algún palo, pero si alguien quiere algo, algo le cuesta, supongo que como a los Peregrinos que pasan por el Camino.


Pasan peregrinos, paran y se descalzan, se oyen muchas cosas, muchos comentarios, pero por que le dice uno a otro; estas como una cabra, por que? A caso anda a cuatro patas, tiene cuernos y come hierba? No hagas el cabra, cuando uno se sube a un árbol, que yo sepa una cabra no se sube a un árbol, bueno, en Marruecos las cabras se suben a los arbustos medianos en altura para poderse comer las hojas frescas, ya que de pastos no es frecuente y fácil de encontrar, es el desierto, no? Todo para mi es subjetivo, lo que yo hago es normal para mi, al igual de normal lo que hacen los Peregrinos, entonces estamos todos como Chotas, hay quien no lo ve así y hay quien lo comprende. Yo de paso limpio bosques.



He aprendido mucho de esta gente que pasa por el camino y comparto una parte de sus ideas y periplos, aunque te encuentras de todo en general, los hay que pasan sin mochila, como si fueran deportistas, los que parecen porteadores cargados como mulas, los que si creen en lo que hacen y por que lo hacen, los que pasan de todo y esperan poder sellar en el próximo sitio para poder coger el bus con destino a su próximo albergue, algunos de buenos han dormido aquí, en mi rió, luego así queda, por norma me dejan algo de comer, la tortilla fría me encanta, aunque sea de días atrás. Se que sufren y que es muy difícil tanto como de complicado el entender el por que hacen lo que hacen, estoy convencido que esto solo se comprende cuando uno se pone para hacerlo, en el Camino, en su piel, en sus pensamientos, yo he acompañado a Peregrinos y se lo que es, hubo uno que me quería llevar a Santiago, preferí quedarme a contemplarlos y escuchar sus historias, cerca de casa, por si acaso.



Pero, por que andan, por que hacen el Camino y yo estoy como una Cabra. Que me lo cuenten de otra manera por que yo no lo entiendo. Conocí a una chica, una peregrina en potencia, llego con muy mal humor, con muy mala leche y malos modales, pero cuando se baya de aquí se que ira con otra estructura y otras formas de ver y entender lo que es el Camino.



Llego a media mañana, cansada y sudada, renegaba pestes y morenas, al pasar ya me miro, pero sin darme mucha importancia, tampoco la tengo, bajo hasta el rió, se descalzo y puso los pies en remojo, yo me había acercado ya lo suficiente para observar, sobre todo sus pies, ¡dios mio!, eso no son unos pies, es como un embutido rojo, hinchado y mal oliente, las ampollas palpitaban en su corazón, le resonaban en su cerebro, la chica se queja pero aguanta estoicamente la impresión del cambio de temperatura, que poco a poco la relaja, ya no se queja y no reniega.



Se a dado cuenta de que estoy cerca de ella, con la mano me indica para que me marche, parece que no le hago mucha gracia, vete me grita, pero yo curiosa como soy no tengo ninguna intención de hacerlo, yo sigo a lo mio pastando pero mirando por el rabillo del ojo a la chica, que esta mas relajada. De la mochila grande y pesada, no tanto como su pena, saca un trozo de pan con algo, dispuesta a comérselo yo me la miro, me acerco, me tira un trozo de pan, yo sin prisas me lo como, el siguiente trozo que me da me lo acerca, quiere que me lo coma de su mano, bueno se a lavado las manos, yo con mucho cuidado me lo como, o es así o sera el principio de una gran amistad, parece que a perdido ese miedo escénico del principio y que confía mas en mi.




Oye Cabra, me pregunta, se dirige a mi, me habla? Esta si que esta como una chota o mejor dicho como una Cabra, al igual se piensa que yo le responderé, soy Cabra y no hablo con cualquiera. Llevo en el Camino mas de un mes, me comenta, yo la escucho no se pierde nada, ella continua diciendo me, todavía no he encontrado esa felicidad de la cual hablan todos los Peregrinos, ese yo interior, esa paz que dicen que se consigue cuando se hace el Camino, no tengo tiempo en mi ciudad, estaba vacía, y lo sigo estando aquí, tu lo entiendes? Continua, mi familia estaba en contra de que yo saliera al Camino, estoy dispuesta a conseguir mi objetivo, tengo tiempo pero no se que hacer con el en el Camino, me comenta, estoy harta de la ciudad, de sus gentes, de las personas que pasan por tu lado sin decirte nada, sin mirarte, te empujan y te ignoran, pasan de ti, para ellos no tiene valor la relación personal, yo quiero sentirme persona, considerada, no ser simplemente un numero en un trabajo y un bulto en la calle. Se quedo un rato en silencio, como si quisiera meditar sus palabras, pensativa me miro, en sus ojos había un pequeño brillo, un gran fondo de profunda soledad, una parte de rabia se reflejaba en su mirada, un tanto perdida, como ella.



Yo Cabra, lo siento, pero a estos , como ella, no les entiendo, tienen de todo y se quejan, pero por lo que se ve les falta, no tienen felicidad, yo si, mucha., me alegro de ser Cabra.

Escucha le digo, he hablado? Toca te esa, ahora si que la hemos fastidiado.
-------------------------------------------
Fin Segunda Parte.
Derechos de Autor; Joan Alcala i Sanchis
---------------------------------------------

sábado, 24 de abril de 2010

¿ Y Yo Estoy Como Una Puta Cabra? 1ª Parte.



Yo, soy una Cabra, pero soy una puta Cabra ?, eso ya lo veremos, tengo años, mas, tengo ya muchos años, ya me dejan suelta, no me atan, campo a mis anchas, puedo subir o bajar sin problema, si me muero creo que le haré un favor a mi dueño, ya no sirvo ni para guiso, por lo tanto ya no se preocupan por lo que yo haga o en donde este, pero de Peregrinos entiendo mas que nadie, por lo menos es lo que yo me pienso, han pasado tantos por aquí que ya es imposible llevar la cuenta o acordarme de todos ellos, eso si, tengo memoria suficiente para acordarme de muchisimas cosas, anécdotas, tiempos y casi todo lo referente a lo que me han dicho, que creo que es demasiado y es mas la fama que los hechos. Al nacer yo el Camino ya existía.



Yo creo que me han llamado de todo y en todos los idiomas, confundiendo el verdadero significado de 'cabra', choto, cabrio, cabrito, cabrón, chiva, cabracho, cabrada, cabrales, cabre-ado, cabre-ada, en fin, no tienen ni idea, en Chile soy un carruaje,en Colombia una brocha, en España un coche Citroen 2 cv, ya os digo, pero al final siempre es lo mismo, unos con cariño y de mas despectivo, yo ya no hago caso, soy una cabra y voy a lo mio, años atrás me lo tomaba peor, o como cualquier animal defendia lo mio, mi terreno, mi integridad, ahora ya no.


La cabra tira al monte, pero por que los Peregrinos también tiran al monte? o es que me quieren hacer la competencia, por que si que se, que si hay alguien que esta como una Cabra ese es el Peregrino, no entiendo por que hacen según que cosas, ha veces yo me los miro desde un punto mas alto, ellos no me ven, pero yo si y hacen cosas increíbles, cosas inimaginables, unas normales pero otras.............. no tanto.



Un día normal, hace tiempo o era mas joven,yo pastando tranquila, un buen prado verde, tranquilo, soleado, con una pequeña brisa que hacia bailar la hierba fresca, cuando pasan unos caminantes, con cara de cansancio, no era tarde, al contrario, una buena hora de la mañana cuando deciden parar y descansar en mi prado, mira que hay mas sitios, pues no, en mi prado,
yo sigo a lo mio, ellos se han quitado las mochilas y se estiran en el prado, me miran pero no me dicen nada, una de las personas, al parecer mas inteligente que el resto, pregunta que si no es peligroso estar tan cerca de una cabra.



Pasado un rato y guiada por mi curiosidad, poco a poco me voy acercando hacia el grupo de personas que descansa plácida mente en el prado, en mi prado, yo soy un poco mas curiosa que de lo normal, no se lo que significa normal, soy una cabra, están dormidos, yo nunca e echo daño a nadie y como queriendo ser simpática con los intrusos, me acerco y le paso mi lengua rasposa por la cara de una de las chicas allí tumbada, la quise saludar nada mas, están en mi prado, seria correcto saludar y ser correspondida, pero no, no fue así, abrió los ojos y empezó a gritar, como una posesa, se levanto y salio corriendo con los brazos en alto, mirando de salir de allí lo mas rápidamente posible, eso fue una alarma para el resto del grupo, que se puso en alerta, no se de que.




Uno de ellos aparece con un palo en la mano, no es el pastor el cual es mi amo, viéndole la cara y que se acerca a mi ya me pienso lo peor, pero este tipo no se ha fijado que yo tengo Cuernos? Este si que esta como una Cabra, yo no me arrugo ante nada y ante nadie, en peores plazas he lidiado como se suele decir, je. Arremeto contra el, en defensa propia ya que si no es fácil que me lleve un trompazo en las costillas en el mejor de los casos, el muy inteligente al verme ir disparada hacia el no se le ocurre nada mejor que dar la vuelta y salir corriendo, perfecto, ya tengo el punto de mira y su trasero a punto como para darle un envite empujón que le hará ir por los aires. Al rato aparece mi amo, mi pastor, eso no es bueno ya que me paso casi todo el día o días sola en los prados, sin que me venga a visitar, aparece cuando tengo que ir o viene el veterinario, por cierto que no me gusta nada, con suma tranquilidad me ata una cuerda en el cuello, ante la mirada de los intrusos que hacia un rato reposaban tan tranquila mente en el prado y me condujo hacia la casa, no me gusta, se que me quedare encerrada en un minúsculo prado y atada para que no pueda salir.



Atada con una cuerda a una estaca me paso los días dando vueltas y mas vueltas, viendo pasar peregrinos, sin poder decir nada a nadie, ellos, pocos me miran y alguno me saca alguna foto, la verdad es que soy una buena Cabra, un buen ejemplar, soy blanca con algún mechón marrón por la parte de las orejas y por debajo de mi barbilla, estoy limpia, pues algunas veces me han cepillado, tengo el pelo por debajo de las rodillas, bonita, mi cornamenta es fuerte, caracoleada, muy cerrada y cercana del cráneo.



Han pasado muchos por aquí, por este Camino, cerca de mi rió, un rió en el cual al principio solo estaba yo, era para mi, para poder beber o remojar me, pero ahora hay mas gente, mas personas, mas cabras, por que estos están como una cabra, como yo, os lo digo. Es un sitio muy tranquilo, se puede ver cerca del camino, es fácil llegar hasta el, entra el agua sin prisas, fresca, hace una pequeña cascada que acaba en una mediana balsa para proseguir su Camino, cercada de castaños, pinos y algún sauce, protegiendo la vista y dotando de un encanto tranquilo y sosegado.
Hay cuatro peregrinos que se ha cercan al rió, mi rió, con la intención de bañarse, refrescarse y descansar un rato, también tienen la intención de reponer fuerzas, es media tarde y el cansancio hace mella en ellos, yo me encuentro detrás de los matorrales, por lo tanto no ha sido detectada mi presencia, de momento, se están bañando y han dejado unas viandas preparadas encima de una toalla. Hasta ese momento yo no había degustado mas manjar que la hierba encontrada en los pastos, pero por el aroma que desprenden esos bocados creo que no me sabrán mal, con el tiempo sabré reconocer mas sabores, pues me han dado ha probar a mas de un bocadillo. De repente se oye; ¡ CABRA, Cabrón!, ya estamos, o soy cabra o soy un cabrón, de nuevo confusión de definiciones, uno intenta salir del agua, yo marco mi terreno, retrocede y se queda en el agua, yo a lo mio, les dejo un rato mas en remojo, tranquila mente me marcho a pastar a otro sito.
Se encuentran dos cabras, una se esta comiendo una cinta de vídeo BHS, la otra le pregunta que si le gusta, la primera responde, no, me gusto mas el libro.
----------------------------------------------------
Primera Parte
Derechos de Autor; Joan Alcala i Sanchis
----------------------------------------------------






Historia de Una Pinza de Tender Ropa 4º


Ya es de día, ha salido el sol y es tarde, este Mozuelo, tal como el se denomina, es un hombre de unos 60 años, no tiene prisa, dice que ya llegara, no es la primera vez que hace este Camino, se lo conoce bien y le da lo mismo aquí que allá.

He pasado la tarde noche con Ramón, mi compañera de cuerda, pero Ramón? No es una Pinza? Bueno, es igual, me da lo mismo, somos Pinzas, es suficiente para mi, hacemos nuestro trabajo y ya esta. Ya se han ido todos el Mozuelo ahora recoge la ropa, la plega y recoge, pone todas las pinzas restantes dentro de una bolsa de plástico menos a Ramón y a mi. Este se lo toma con tranquilidad, ya me gusta y mas cuando me he librado de ir en la mochila encerrado en la pequeña bolsa de plástico, pero lo que no se es lo que hacemos encima de la mesa de la cocina, siempre la mesa, el recoge las cosas del desayuno, tiene una bolsa de galletas y para cerrarla y que no se pierda utiliza a Ramón, a mi me engancha en una bolsita de almendras y me deposita en la malla exterior de la mochila, Ramón esta en el interior de un bolsillo, hoy tampoco vera la calle, yo si, tengo mas suerte.



Ramón, menudos cuentos nos hemos explicado, es un krac, no hemos parado menos mal que nadie nos oye, si no seguro que molesta riamos al resto de las compañeras y nos llamarían la atención. Me ha contado que hace ya mucho, que no recuerda cuanto, pero si de mucho que esta en el camino, ha pasado mucho y mas, se paso todo un invierno colgado de una cuerda vigilando a un pañuelo, al parecer nadie le echo de menos, a nadie le importo que estuviera tanto
tiempo en la intemperie, frió, agua y nieve, jo, nieve, a esa no la he visto yo, pero dicen que es preciosa, que te tapa toda y que te quedas tiesa, humm, parece divertido.



Este Camino es diferente de los demás, hay playa, es muy suabe y tranquilo, al igual es por que este Mozuelo viaja solo, no se junta con nadie, no comparte vida en grupo, pero si que se para muchas veces, eso me da tiempo a contemplar el paisaje, lo que daría yo por bañarme en una de esas lindas playas, pero se esta bien tumbado en la arena, es una buena sensacion, además tengo unas vistas de escandalo, estoy (como casi siempre) encima de una mesa, ha sacado la bolsita de almendras en la cual me encontraba enganchado haciendo otro de mis trabajos, el no tiene prisa y por lo que parece esta noche dormiremos en la playa, emocionante no?

He pasado la noche sujetando la ropa, mirando hacia el horizonte,con el reflejo de una luna casi llena, reflejada sobre una mar calma, sin viento, sin olas, el hombre cito sentado casi toda la noche mirando hacia el mar, despierto y por momentos mirando hacia otro lado, girando su cabeza con suavidad, como si buscara algo, que no encontraba, al final de la noche se quedo dormido encima de la arena, cerca del agua, hasta que los primeros rayos de sol le levantaron y dispersaron sus sueños, sueñas, que como casi todos a los que encontré en el Camino, al final cumplieron.

Su paso es cansino, lento, pero firme, con la cabeza un poco agachada, como si meditara, como si temiera el tener que llegar a su destino, anda solo, yo colgada de nuevo con la Tau, no me ha dicho nada, al parecer el hombre cito puso la mochila de espaldas al mar y Tau no pudo presenciar el espectáculo de la puesta y salida de sol, no le digo nada, pero que se fastidie, por orgullosa, no se puede quejar, Ramon sigue en el bolsillo de la mochila y también se ha perdido el espectáculo, yo no lo olvidare nunca, otra para contar.

El hombre sale del albergue y es media tarde, lleva unos papeles en la mano, Ramón, dos pinzas mas y yo, se los sujetamos, a estas no las conocíamos, no tienen nombre, pero nos acompañan, el no lleva la mochila, por lo tanto Tau se queda y tampoco hoy podrá disfrutar de la puesta de sol, es al sitio adonde se dirige el, mas arreglado que estos días, mas tieso, hoy tiene el paso mas lijero, con mas seguridad, al fin del mundo dice que vamos, pues adelante, que no lleguemos tarde.
Sentados en un acantilado, con unas vistas al mar, con el sol en su declive, cerca de su puesta, hay mas gente, pero separados, pocos están en grupos, estamos sentados de espaldas a un faro, comentan que es uno de los faros mas importantes de cuantos existen, que ha salvado muchas vidas, cerca de nosotros hay un fuego donde la gente se hacer ca a quemar cosas, agradecen el poder haber llegado hasta ese punto tan cercano al infinito, a lo mas lejano, algunos se quedan de rodillas como agradeciendo ese fuego.

El sol se esta poniendo, ya solo queda la mitad por encima del mar, de unas pequeñas olas, el hombre se levanta lentamente y se acerca hacia donde esta el fuego, no hay nadie mas, solo el, nosotras con los papeles y el fuego, con cuidado se agacha, se arrodilla, parece que esta rezando, como lo hacían en la Catedral, pero aquí el aire es puro, limpio, solo huele a mar, a libertad.

Con un gran respeto el hombre cito nos recoge en sus manos, nos besa mientras unas lágrimas sentidas caen encima nuestro, no se lo que dice, habla muy bajo, musita alguna cosa que no puedo entender, unos breves momentos de soledad, mira hacia el cielo, mira el sol casi diminuto y cortado por una fina linea de fondo y nos deposita en el fuego, esto es estraño, no lo había visto ni notado nunca, estamos ardiendo cuando veo al hombre que se levanta y con los brazos abiertos y en alto grita,¡ Es el Final de mi Camino, de tu Camino! También del nuestro, estamos ardiendo.

Ya no queda nada mas que cenizas, Ramón y las otras pinzas no dicen nada, yo tampoco, hemos cumplido un sueño, casi sin querer y con mucha suerte, llegar hasta Santiago y después de recompensa, el Fin del mundo, hemos acometido con nuestro trabajo y al final también hemos sido compensados, hemos sujetado las promesas del hombre cito, hemos sujetado el dolor de ese hombre, hemos caminado con mas personas, hemos trabajado y al final nos han recompensa do.
Estará el hombre tirado en la acera de la calle?

-----------------------------------------------------
FIN.
Derechos de Autor; Joan Alcala i Sanchis
--------------------------------------------------------

Historia de Una Pinza de Tender Ropa 3ª Parte


Que habrá sido de mis antiguas compañeras de viaje, las añoro mucho, no eran tan pesadas como esta Tau, mira que hay de Vieiras y ella, mi compañera nunca dijo que era la mejor, ni se le paso por la cabeza el decir algo referente a la cantidad que se encuentran por el Camino, nunca dijo que sin ella no seria lo mismo, que los Peregrinos seguían sus pasos para no perderse, al igual que la Flecha Amarilla, mira que te la encuentras en todos los sitios, es la guia del Peregrino junto a la Vieira, con la flecha no te puedes perder nunca, siempre esta en algún sitio para guiarte hacia tu destino, para marcar tu Camino, para no perderte y cuando desfalleces y que parece que no puedes llegar, allí están ellas, allí las encuentras, mudas, silenciosas, prestas en ayudarte sin querer, ni pedir nada a cambio, esas si que trabajan y no como la Tau, simplemente es una Cruz, con su significado si, pero solo una Cruz, ahora mi Cruz, jo der.



Esto se parece ya a la caja en la cual me encontraba yo al principio de mi historia, con mis compañeras apelotonada, pues así esta esto a lo que le llaman la Plaza, no se cabe, mucha gente, empujones, prisas, putas prisas, es un des control generaliza do, palos, bastones, bordones y mucho gentío, gritos, fotos y fotógrafos, todo el mundo quiere ser inmortalizado para el futuro, igual tengo suerte y me sacan en una foto para una revista, digo yo, futuro que ya esta aquí pues, llegan los abrazos y empujones, los encuentros esperados y desespera dos, llantos y lágrimas de alegría y dolor y por que no, desaparición, unos por terminar y otros por que ya piensan en hacer se otro Camino, todos con su final, todos con sus historias, mas o menos como la mía, unos compran recuerdos y otros los venden, unos se buscan y otros no se encuentran, si es que alguna vez se han encontrado o en el Camino o a si mismos, que es por eso que muchos salen al Camino, para encontrarse, pues no lo entiendo, así a lo mejor es por las prisas que toda esta gente tiene, por que se pasan todo el día corriendo y no se paran a pensar ni un momento, en ellos en sus vidas y por que no, en el hombre que esta estirado en la calle, como lo estaba yo, por cierto, estará todavía en el suelo o habrá tenido la misma suerte que yo y alguien lo habrá recogido.

Sea lo que sea, aquí la gente rebosa alegría hasta por los poros, hace sol y esto ayuda a que venga mas gente, a que griten mas y mas, a que se acerquen para mirar de empaparse de ese sentimiento que desprenden esos Peregrinos, difícil de entender para unos y tan fácil de explicar para otros, yo, dando sacudidas junto a 'esta', la Peregrina no para de moverse y nosotras dando saltos en la nada, ahora y de momento ya no somos importantes ni mucho menos necesarias.

Al fin un sitio fresco, repleto de gente y de mochilas, pero fresco si mas no, con un olor raro ... diferente, algo parecido a olor de cenizas, como un aroma que quiere volar en el interior del recinto donde nos encontramos, apretones y de nuevo empujones, esta la peregrina se descarga de la mochila, aunque también se descarga de emociones y sentimientos, hay momentos que ni yo misma los entiendo, sobre todo cuando abraza a una figura, a un Santo le llaman ellos, en ese momento es cuando la peregrina se derrumba, se desploma y en su afán de ser mas fuerte es cuando mas lágrimas le asaltan, tiembla, intenta decir algo que no puede, mas que nada por que no le dejan, otros por detrás ya están empujando para poder ser ellos los que hagan la misma postura, son los que quieren estar en su misma situación, pero que como pasa siempre hoy también tienen prisas.

Hasta este momento la Peregrina no había parado de andar, de dar gracias a todo y a todos por haber podido llegar hasta donde se encontraba, hasta el sitio que ella mas deseaba, a su Plaza, a su Santo y ahora reposaba sentada y descalza en el centro de la plaza, yo me la miro desde una posición de primera linea, con la mejor vista que se podía tener, en primer lugar la tengo a ella y otros peregrinos también sentados en el suelo y de fondo, la Catedral de Santiago, que suerte poder admirar todos estos encantos, poder sentir y oír todo este alboroto, estar en el sitio que tantas veces he oído hablar,a unos y a otros, a hospitaleros,a peregrinos en otras lenguas que yo nunca entendí, a mi primer peregrino, por cierto, done esta?. Bueno, no le echo de menos, a la Flecha y a la Vieira si, por aquí hay muchas, cientos, todas dando vueltas de un lado hacia otro transportadas por sus respectivos porteadores, mirando hacia todos los lados, tal como hago yo, en fin, es un gran momento, sobre todo para estos peregrinos que ya no lloran, ya no gritan, si no que hablan ya mas pausada mente, como si esto ya no fuera con ellos, dejando el alboroto para otros, ellos sentados y a lo suyo, descalzos, estirados, mirando y admirando su gran triunfo, también el mio, la Plaza, su Santo, su Catedral.

Este momento es suyo, de ellos, dejemos que lo disfruten, yo a lo mio, a mirar y aprender de todo lo que me rodea.

Ya no estoy con la peregrina, me han cambiado de mochila, le dio el cordel negro con la Tau y yo a un chico, pequeño, encogido, como si su carga personal y emocional fuera mas fuerta que la carga de su mochila, el le regalo en agradecimiento unos masajes en los pies, un poco de agua para la limpieza de las ampollas y un abrazo con un gran sentido y agradecido sentimiento, le dio amor.

Estoy descansando o mejor dicho, trabajando, si, el mozuelo entro ya en un albergue, limpio su ropa y me ha utilizado para el trabajo el cual tengo encomendado, sujetar la ropa, tengo mas compañeras a mi lado, hoy sera un día duro y largo, tenemos tantas cosas que contarnos. Hay otra Pinza tatuada, se llama Ramón, creo que aremos buenas amistades.

Antes de despedirse los Peregrinos sentados en la Plaza, comento el mozuelo que el seguía de viaje, no se creo que dijo que se iba al fin del mundo, no se donde esta, pero por lo que comentan es uno de los mejores sitios que uno puede estar, pues bueno, si me lleva iré, como no.

------------------------------------
Fin Tercera Parte.
Derechos de Autor; Joan Alcala y Sanchis
-----------------------------------------------

**Colobor-Cova d'en Rosell Àger